La secuencia de una medida polémica del gobierno para el sector agropecuario y la reacción de las clases medias del campo y la ciudad impregnaron el aire de un olor a resolución 125.
Por Mariano D'Arrigo
La secuencia de una medida polémica del gobierno para el sector agropecuario y la reacción de las clases medias del campo y la ciudad impregnaron el aire de un olor a resolución 125.
Sin embargo, ese aroma se siente por estas horas con menor intensidad. Es que después de la reacción visceral de una parte de la sociedad a una eventual expropiación de Vicentin y la posibilidad cierta de un nuevo voto no positivo (ahora en Diputados) Alberto Fernández ahora apuesta al plan Perotti, basado en el control del gigante cerealero a través del concurso de acreedores que se tramita en los tribunales de Reconquista.
De todos modos, el proyecto de expropiación está en el freezer, pero no en el tacho de basura, ¿Puede convertirse la pulseada por Vicentin en un conflicto como el que protagonizaron en 2008 la Mesa de Enlace y el kirchnerismo?
En este marco, La Capital dialogó con dirigentes de distintas expresiones del arco político provincial y dos veteranos de la guerra por las retenciones móviles y todos coinciden en que es poco probable que se repita ese escenario. En esas jornadas ente marzo y julio parió una nueva versión del kirchnerismo y comenzó una larga marcha de la oposición hacia el poder y que recién terminó en 2015.
“Ojalá que no se llegue a eso y que se encuentren instancias de diálogo, por más que desde el kirchnerismo se propone dar una pelea más férrea que con la 125”, advirtió a este diario el diputado nacional de Juntos por el Cambio Federico Angelini.
En tanto, el diputado nacional Luis Contigiani (Frente Progresista Cívico y Social) consideró que la intensidad del conflicto dependerá de cómo canalice la política la crisis. “Escenarios como el de la 125 se dan cuando en el sistema político hay posiciones radicalizadas de un lado y del otro, donde se divide el ámbito de la discusión política en blanco y negro”, analizó.
Por su lado, Eduardo Buzzi, ex titular de Federación Agraria Argentina (FAA) y uno de los protagonistas principales del conflicto por las retenciones, señaló a este diario que “es difícil imaginar que exista una reacción con mística y continuidad como aquella gesta de 2008”. De todas formas, el candidato a gobernador advirtió: “Igual no se puede descartar, porque hay un mal humor social producto de la larga cuarentena”.
El presidente del bloque de diputados provinciales del PJ, Leandro Busatto, no cree que la disputa por el futuro por el gigante exportador con sede en Reconquista dispare un conflicto similar. “Son contextos y modos de resolución distintos”, remarcó.
Un contexto diferente
Es cierto: las diferencias entre esa coyuntura y esta aparecen a simple vista. Sobre todo dos. La primera es la extensión del conflicto: en 2008 estaba afectado todo un sector, desde la mesopotamia hasta la Patagonia, y hoy el foco de atención está puesto sobre una empresa. La segunda es el estilo del liderazgo: en ese momento Cristina y Néstor Kirchner atizaron las brasas del enfrentamiento, ahora Alberto —más allá de alguna declaración picante— busca apagarlas. Sobre todo, porque la derrota de la 125 marcó su ruptura con el kirchnerismo y parte su misión, primero como candidato y luego como presidente, es reconciliar a ese sector del peronismo con el mundo agrario de la zona núcleo.
“En 2008 la Nación había planteado un debate sobre el sistema de retenciones, y acá hay un hehco objetivo, hay un privado que fugó divisas, que probablemente haya delinquido y dejó la empresa al borde de la quiebra. El Estado está tratando de que la empresa no se pierda”, subrayó Busatto.
En la misma línea, Buzzi diferenció ambas situaciones. “La 125 generó una revuelta fiscal por un intento de confiscación autoritaria, y acá Alberto Fernández y el gobernador Perotti han tenido una posición constructiva, están proponiendo una solución”, elogió el productor, oriundo de la localidad santafesina de J.B. Molina.
Hoy Buzzi está retirado retirado de la actividad gremial pero tiene línea directa con algunos funcionarios del gobierno nacional. Y deslizó que la actual conducción de FAA está desaprovechando una gran oportunidad: “Nos desconcierta la posición de Federación Agraria, la historia y la escuela de FAA promueve el cooperativismo y el rol del Estado en el comercio de granos”.
Contigiani también elogió la moderación del presidente y el gobernador. “En los últimos días hay señales positivas, veo que el gobierno nacional y el provincial están con una mirada mucho más amplia en lo instrumental. Veo mucha más capacidad de diálogo, muchas reuniones que son muy buenas”, destacó el ex ministro de Producción, que en 2008 era titular del departamento Gremial de Federación Agraria. Igual, aclaró: “Yo no me enamoré de ese conflicto, vi desde adentro las virtudes y los defectos. La Argentina no puede volver a reproducir esos escenarios de fractura social, perdemos todos”.
Denuncias
Desde el ala dura de Juntos por el Cambio alertan una avanzada sobre la propiedad privada. En esta línea, Angelini advirtió que hay sectores del oficialismo que plantearon que si el plan Perotti no tiene luz verde avanzarán con la expropiación. Efectivamente, así lo hizo la directora de Asuntos Jurídicos del Senado y abogada de Cristina Kirchner, Graciana Peñafort, en una entrevista que dio esta semana a este medio.
Sin embargo, Angelini no se quedó ahí y enmarcó la situción de Vicentin en un panorama más general: “Hay reiterados delitos rurales, incendios, rotura de silobolsas, amenazas a dirigentes del interior. Todo esto enciende alarmas en una Argentina que está complicada, cómo vamos a buscar gente que quiera invertir si tenemos un gobierno que pone en duda la seguridad jurídica”.
Busatto le respondió: “Quisiera ser liviano, pero del macrismo se puede esperar cualquier cosa. Quienes quisieron nombrar jueces por un DNU, derogaron leyes para restablecer leyes de la dictadura como la ley de medios y quienes están investigados por espionaje nos acusan de violentar la República, me suena cómico”.
En su opinión, la denuncia de avanzadas sobre la propiedad privada puede ser “una estrategia resptable para el núcleo duro, pero hacia afuera es una maniobra para tratar de correr el foco de la discusión a dirigentes muy amigos de Nardelli y de los directivos del Banco Nación”.