El oficial del Ejército Enrique Berthier y el médico militar Julio César Cáceres
Monier entregaron a la bebé María Eugenia Sampallo Barragán a sus apropiadores, y éstos se lo
contaron a sus vecinos, según el testimonio de una de ellos vertido ayer ante el Tribunal Oral
Federal Nº5.
"Yo recibí esa información directamente de boca de Cristina
Gómez y no la olvido porque hay cosas puntuales que uno no olvida", enfatizó Olga Norma González,
vecina de la entonces pareja integrada por Gómez y Osvaldo Rivas en el edificio que habitaban en el
barrio de Constitución.
La mujer contó que la misma confesión sobre la procedencia
de la chica fue escuchada por otras vecinas, pero éstas ya murieron. La pareja ya disuelta y
Berthier son juzgados por el robo de la bebé cometido en 1978.
Hija biológica de los desaparecidos Mirta Barragán y Pedro
Sampallo, María Eugenia recuperó su identidad en 2001 y es la primera en querellar a sus
apropiadores.
Cáceres Monier, ya fallecido, firmó el certificado falso de
nacimiento en el que adjudicó a los apropiadores esa falsa filiación biológica incurriendo en el
delito de supresión de identidad.
Hostigada por los defensores de los acusados, la vecina
González no sólo insistió en sus dichos sino que historió las cambiantes versiones que Gómez y
Rivas dieron a sus vecinos sobre el origen de la bebé.
"Primero dijeron que era la hija de una azafata que había
fallecido y luego que era la hija de Berthier con esa azafata", contó para llegar luego a la
admisión final.
Esta explicación llegó luego de que la Justicia les
ordenara hacer una pericia de ADN a la muchacha ante la denuncia de Abuelas de Plaza de Mayo.
González dio cuenta de un diálogo escuchado a través de un respiradero del
edificio en el que la apropiadora Gómez le dijo a la chica: "Mocosa maleducada, tenías que ser hija
de guerrilleros para ser tan rebelde". l