Dos militantes del Partido Obrero y un vendedor de sándwiches ratificaron esta mañana la agresión que sufrió el grupo de manifestantes por parte de una patota de la Unión Ferroviaria, que culminó con la muerte de Mariano Ferreyra el 20 de octubre de 2010.
Marcelo Carlos Beruir Varterian, un joven que participó de la marcha en favor de los "tercerizados" de la línea Roca, narró que, en un primer episodio, fueron atacados a "piedrazos y botellazos" mientras "la policía auxiliaba al grupo agresor, a la patota que nos atacaba".
Como consecuencia del ataque los manifestantes retrocedieron pues "ellos habían logrado lo que querían: que no cortemos las vías; por lo que debimos suspender la actividad propuesta ya que no estaban dadas las condiciones; no queríamos provocar ni responder a las agresiones", contó.
En ese momento vio a una persona, a la que describió como "robusta, de 1,80 metros aproximadamente" quien "con total impunidad en el medio de la calle disparaba un arma" y sostuvo que "vi dos detonaciones, inclusive me llamó la atención como salía humo" de la pistola.
"Primero pensé que eran balas de salva o de fogueo, no creí que fuesen balas de plomo, pero luego me dijeron que lo habían alcanzado a Mariano", dijo el testigo quien narró que el tirador "estaba muy seguro, con el brazo extendido apuntando hacia adelante". En esta nueva jornada del juicio oral y público que lleva adelante el Tribunal Oral en lo Criminal 21 por el homicidio del joven Ferreyra, también declaró un vendedor ambulante de sándwiches quien narró que los militantes políticos "estaban tranquilos, en orden, con sus banderas y en forma pacífica".
Ulises Rafael de Oliveira ratificó que el ataque provino del grupo que estaba vestido "con ropa de Grafa" en referencia a la tradicional marca de indumentaria del trabajo; y que los manifestantes debieron retroceder. Similar definición dio José Valentín Correa, otro militante del PO que participó de la organizada marcha en apoyo a los tercerizados y tenía a su cargo el megáfono para la amplificación de las consignas, quien también vio "dos detonaciones" pero no pudo identificar al autor de los disparos.
En declaraciones anteriores otros testigos, como el psicólogo José Eduardo Sotelo, señalaron que vieron a dos sujetos "con pantalones de los ferroviarios" apuntar con sus armas a los militantes del Partido Obrero, tras lo cual se escucharon "siete u ocho detonaciones".
"Negro, negro, le dimos a uno" le dijeron los supuestos tiradores a un tercer sujeto que formaba parte del grupo agresor, quien también llevaba una pistola en su cintura y al que le entregaron sus armas para luego volver sobre sus pasos, según narró Sotelo. (Télam)