El que se enoja, pierde, sostiene una antigua máxima política que el gobierno nacional no pudo, o no supo, aplicar en las últimas horas. La derrota parlamentaria en Diputados por la media sanción modificando el impuesto a las ganancias para trabajadores en relación de dependencia llenó de ira al propio presidente Mauricio Macri, y de ahí para abajo. Con inusitada —e innecesaria— dimensión política, ahora el tema quedó en manos de los senadores nacionales, en especial del bloque FpV. Los peronistas, tanto los que fueron durante casi todo el año filo amarillos como los opositores persistentes (kirchneristas), se reunirán hoy, desde las 18.
En ese encuentro clave se empezará a diseñar el final de una película que La Casa Rosada puso en cartel y promocionó contra sus intereses. Al respecto, La Capital pudo saber que, si bien el gobierno fatigará los teléfonos hasta el último minuto para evitar la ley, el Senado estará cerca de aprobar sin cambios la media sanción de Ganancias.
En las Cámaras siempre hubo y habrá propuestas que llegan desde afuera, sugerencias, pedidos, lobbies y también aprietes. La cualidad principal que se presume debe tener un legislador se define en tres palabras: no dejarse apretar. Después, si el diputado o el senador es laborioso, escucha a sus representados, tiene talento técnico profesional, entiende mucho o poco del mundo del poder y la política, en todo caso, son cualidades relevantes pero siempre secundarias al primer mandamiento ("resistirás el apriete").
Todo el exitoso esfuerzo de rosca y negociación política que hizo el gobierno desde el primer semestre del año por desactivar conflictos con el mundo sindical organizado en la CGT, y luego también con los movimientos sociales que expresan a trabajadores informales (excluidos), se desvanece inesperadamente a partir de la derrota en Diputados por Ganancias.
La furia contra el presunto "impostor" Sergio Massa, quien acordó un dictamen con el bloque opositor mayoritario, el FpV, pone en escena la implosión (¿definitiva?) del sistema de alianza de gobernabilidad que sostuvo durante un año a Cambiemos.
La apuesta oficialista direccionada y condensada en demonizar al FpV-kirchnerismo (70 diputados nacionales), sostenida también desde una fracción del aparato judicial y medios de comunicación, ya se nota perecedera y con fecha de vencimiento. Por eso, Massa decidió pagar el costo de una foto con el FpV. Ya no resulta un costo caro. El macrismo, por ahora, no encuentra, no tiene o no sabe aplicar las políticas que le garanticen a futuro el vínculo virtuoso con las mayorías.
Por lo demás, el gobierno percibe, con razón, que la derrota política en el Senado es posible. En la Rosada, acorralados, despliegan un último recurso: el apriete. Vía gobernadores y llamando directamente a cada uno de los legisladores que tendrán en sus manos la decisión de aprobar la media sanción, modificar o rechazar.
Para la senadora nacional María de los Angeles Sacnun (FpV Santa Fe), "la furia presidencial debe entenderse por las fuentes de financiación que plantea la media sanción que llega de Diputados". Y añadió: "Restablece retenciones a las mineras, a la renta financiera y a las ganancias por el dólar futuro y suma impuestos al juego y a inmuebles ociosos, entre otros".
Según Sacnun, el dramatismo que blande el gobierno respecto de un presunto y grave desfinanciamiento al Estado (al eximir del pago de ganancias a cerca de un millón de trabajadores registrados, dentro del universo de casi dos millones que hoy están efectivamente tributando) "no tiene relación con la realidad".
"No hay desfinanciamiento relevante, lo saben. Lo que enardece al gobierno es el cambio de paradigma ideológico, es hacia dónde se plantea ir a buscar el dinero para colocarlo en los bolsillos de la clase media trabajadora", abundó la senadora.
Paralelamente, la cúpula de la CGT —muy afín al esquema político del Frente Renovador (FR)— ya les puso los puntos a los senadores. Y pidió que ratifiquen la media sanción sin chistar ni modificar.
"El tema sigue abierto, pero veo difícil que seamos los senadores los que le saquemos la plata del bolsillo a tanta gente, justo a fin de año", soltó un senador que está en el núcleo decisorio de lo que viene.
El miércoles próximo, o el 21 de diciembre, con la temporada de aprietes ya lanzada, el Senado dará el veredicto en el recinto. Luego, si la iniciativa prospera, vendrá o no el veto presidencial. Pero eso, por ahora, es otra historia.
"No existe un
desfinanciamiento relevante. A la Casa Rosada la enardece el cambio de paradigma ideológico"