Carlos Telleldín fue absuelto de la causa Amia en 2004 . Un año antes se había
recibido de abogado mientras estaba encarcelado en Marcos Paz. Dice que estudió derecho para ocupar
el tiempo en la prisión y porque no entendía muy bien de qué se lo acusaba. Una semana después de
que la Corte Suprema ordenara reabrir la investigación sobre su eventual participación en el
atentado, LaCapital encontró a Telleldín en un estudio jurídico de Rosario, ciudad a la que vino
como representante legal de un hombre que está implicado en un caso de piratería del asfalto.
Un interés recíproco, más las ansias de publicidad de un abogado rosarino
(Sergio Leonardo Casas) que se asoció con el estudio que dirige Telleldín, hizo posible el contacto
con este hombre retacón, de ojos pequeños y mirada inquiriente, quien se hizo famoso por haber
vendido una camioneta que supuestamente transportó los explosivos que destruyeron, la mañana del 18
de junio de 1994, la sede de la Amia, causando 86 muertos y más de 300 heridos.
Telleldín afirma que la causa fue armada por el poder político, qué el cayó como
anillo al dedo porque tiene apellido de origen árabe y porque su padre, Raúl Pedro Telleldín,
muerto en un accidente de tránsito en 1983, era de ultraderecha: fue jefe de la temible División de
Informaciones (D2) de la policía cordobesa durante la dictadura. Asegura que los 450 mil pesos que
la Side pagó para que incriminara a policías de la Bonaerense se lo gastó en la cárcel y que le
resta cobrar 3 millones de dólares por un juicio que le ganó al Estado. "El único presidente que
destapó la olla fue Néstor Kirchner", sorprende.
—Porque declara culpable al Estado argentino de mi detención ilegal. El
resto siguió la línea de Menem. Todos los jefes de la Side informaron que no existió el pago. El
único que en pleno juicio oral trajo a todos los agentes a declarar fue Acevedo (Sergio, ex titular
de la Side). El y Kirchner fueron al tribunal y llevaron al primer agente, que se llama García, y
ahí se corroboró lo que yo venía denunciando. El único presidente que destapó la olla fue
Kirchner.
—¿Menem influyó directamente en la causa?
—Menem es un político que le da a la gente lo que quiere. Como la
comunidad judía quería a un culpable, inventó uno y se los entregó.
—¿De qué lo acusaron, concretamente?
—De ser cómplice necesario, y eso es lo gracioso. Soy cómplice de alguien
que el Estado no sabe y yo tampoco.
—Pero se comprobó que usted vendió la Trafic blanca que se usó en el
atentado...
—No se probó nada en el juicio oral. En esos meses vendí tres camionetas
de la misma forma. Dos se encontraron y la tercera dicen que fue la que cometió el atentado.
—¿Usted no vendió esa camioneta?
—Esta probado que no por los técnicos. También se comprobó que la policía
falseó documentos. Además, los restos que se encontraron, o se sembraron, son del 90 para adelante
y la que yo tenía era modelo 88.
—También fue acusado de reducir autos robados y venderlos.
—De esas causas fui absuelto en todas. Nosotros vendíamos autos. Hoy, a un
agenciero, le pueden decir reducidor o vendedor de autos. Es una forma de desprestigiar a la
persona y eso fue lo que se construyó desde el poder.
—En 2007, un diputado bonaerense denunció que usted seguía vendiendo Trafic. El
quería comprar una y dio con su teléfono...
—No es delito vender autos. Delito es tener una Justicia sin seguridad
jurídica. Usted puede vender un auto, luego roban un banco y matan a una persona y ¿qué culpa tiene
uno? No se puede saber qué es lo que va a hacer el que le compra un vehículo.
—Bueno, pero justo una Trafic. Tiene un valor simbólico muy fuerte.
—Mire, hace dos o tres domingos fui hasta Libertador y me compré un
Mercedes nuevo. Estaba el juez (Eugenio) Zaffaroni, quien compró uno modelo 2002. La agencia no
sabe que me lo vendió a mí o a Zaffaroni. Le digo esto porque la causa se construyó a base de
mentiras, y lo bueno es que se están destapando. Todos los juzgadores están siendo juzgados, como
el juez (Juan José) Galeano.
—¿No estuvo vinculado con la Policía Bonaerense?
—Quedó más que probado que fue una interna del gobierno, al que le
convenía culpar a la maldita policía. También se probó que hubo un pago del juez Galeano, y va a ir
a juicio por eso.
—¿Cómo salió a la luz el video donde Galeano le ofrece plata a cambio de culpar a los
policías?
—Quedó probado que fue un secretario del juez —Lifschitz,
creo— el que lo sacó y lo hizo público. Nosotros nos enteramos por la prensa.
—¿Qué hizo con los 450 mil pesos que le dieron?
—Los consumí en la cárcel. Creo que por año gasté entre 25 mil o 30 mil
pesos en libros. También tenía que pagar a los profesores para que me vayan a tomar exámenes,
pagarles el remís. Me recibí de abogado en una facultad privada y eso cuesta plata.
—Usted estuvo más de diez años presos y lo absolvieron. ¿Le hizo juicio al
Estado?
—Sí, sí. Le hicimos un juicio bastante importante.
—¿Lo ganó?
—Sí, tenemos una resolución.
—¿En cuanto se fijó el monto?
—En tres millones de dólares.
—¿Cuándo se lo tienen que abonar?
—No sé cuándo. Para este año, la presidenta (Cristina Kirchner) creo que
sacó, para otra persona y en un caso parecido, más de 400 mil pesos...Van pagando. El gobierno está
cumpliendo con las sanciones.
—Ahora la Corte Suprema decidió que se lo vuelva a investigar. ¿Cómo cree que será
esta vez?
—Tengo tres fallos de absolución: el tribunal oral que me juzgó, la
confirmación de Casación y un fallo de la Corte Interamericana de Justicia. Ahora la Corte, con
cuatro votos, hizo un fallo confuso, donde dice que la nulidad no está bien razonada. En el primer
juicio me imputaron ser cómplice de (Juan José) Rivelli, hoy no sé de quién voy a ser cómplice.
—¿Teme volver a prisión?
—No tengo riesgo de ir preso. Estuve diez años y dos meses adentro. Con el
dos por uno, tengo 18 años y medio. Estamos jugando (sic) casi como una perpetua. Me tocaría una
condicional, porque soy primario (primer delito), de 27 años. Con una proyección de perpetua me
faltarían ocho meses. Tampoco voy a evadir a la Justicia, ¿por qué hacerlo?, soy una persona de
derecho.