Por Hernán Lascano
El actual director del Organismo de Investigaciones (OI) de Santa Fe, Marcelo Saín, fue sondeado por el equipo de trabajo del gobernador electo Omar Perotti para ocupar eventualmente el Ministerio de Seguridad en la gestión que se inicia el 10 de diciembre próximo. El politólogo porteño, que comanda la policía que asiste a los fiscales provinciales en investigaciones complejas, aparece en carpeta del mandatario venidero para uno de los puestos centrales del futuro gabinete.
Los contactos entre los colaboradores de Perotti y Saín fueron confirmados a este diario por personas del entorno del futuro gobernador. "No hubo ninguna oferta concreta, pero sí tuve charlas con el equipo político de Perotti. Intercambiamos opinión sobre la situación de la provincia en materia de seguridad y sobre algunos lineamientos que yo creo que haría falta llevar adelante en Santa Fe. Ellos están evaluando un cuadro de situación sobre esta área. Pero no hubo una oferta", dijo Saín.
Saín tiene una vasta trayectoria en el campo de la seguridad pública, tanto en lo académico como en la gestión política. Fue viceministro de Seguridad bonaerense entre 2002 y 2003, primer director civil de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y director de la Escuela Nacional de Inteligencia nombrado por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Tiene residencia en la provincia hace poco más de un año, cuando se radicó tras ganar el concurso para director del OI, el 27 de junio de 2018.
Al cabo de este lapso Saín tomó contacto con las distintas agencias y actores del sistema penal santafesino. En recientes entrevistas afirmó haberse formado una idea de la idiosincracia de la seguridad provincial, de los rudimentos de las investigaciones de delitos y de las fuerzas de seguridad santafesinas, en especial la más importante, la policía provincial. En esos distintos contactos periodísticos ha señalado que la materia pendiente más relevante en seguridad es la pacificación de determinados territorios con alta violencia en ámbitos urbanos. Enfoca en especial a Rosario, Santa Fe y las ciudades del cordón industrial con San Lorenzo como principal punto.
El espacio de Seguridad es un reconocible punto de tensión en el justicialismo santafesino, que contiene en su seno a pensamientos diversos, a veces antagónicos, sobre la materia. Saín también colabora con la campaña nacional del Frente de Todos que después del 27 de octubre podría convocarlo, si Alberto Fernández es elegido presidente, para un cargo nacional en este campo. Eso demorará cualquier anuncio pero las reuniones entre el gobernador electo y el funcionario provincial se dieron.
En encuentros académicos y eventos públicos como las reuniones del consejo provincial de seguridad Saín se mostró partidario de un acuerdo amplio de fuerzas con representación legislativa que avale un programa de ejes consensuados en políticas públicas. El planteo es que el Poder Ejecutivo diseña la orientación de la estrategia contra el delito y mantiene contactos rutinarios con aporte de información de calidad a los representantes de la oposición.
Diálogo
En las reuniones con el equipo de Perotti, según dijo Saín a este diario, "también hablamos mucho sobre el conjunto de trabajos en el Organismo de Investigaciones y en especial sobre el trabajo criminal económico en la causa de Esteban Alvarado". El actual funcionario ponderó hace unos meses como el modelo de pesquisa a seguir en Santa Fe el que llevó preso a Alvarado, que está imputado por homicidio y por asociación ilícita. Sostuvo que el mérito de esa pesquisa no fue solamente esclarecer un homicidio sino ir más profundo: reconocer la estructura criminal, sus componentes, la protección policial y la trama de negocios del jefe de esa asociación ilícita.
La historia política de Saín es de militancia en el peronismo bonaerense. Integró el equipo de la intervención a la policía de esa provincia en 1997, tras el asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas, durante la Gobernación de Eduardo Duhalde. Entre 2011 y 2015 fue legislador bonaerense por el Partido Nuevo Encuentro. Mantuvo entonces una distancia explícita con las políticas de seguridad de la última gestión del kirchnerismo, a las que criticaba "por una modalidad de gestión delegativa a favor de las policías, proclive a no iniciar reformas institucionales de fondo y sin una política integral con el narcotráfico". Sí había ponderado en el inicio de la experiencia kirchnerista el diseño de un plan estratégico de seguridad en 2004 luego descartado, el haber mantenido una estrategia de tolerancia y persuación a las organizaciones sociales movilizadas y la creación de una fuerza de seguridad con mando civil como la PSA.