“Sin la UCR no habrá triunfo (del Frente Progresista) en la provincia”, notificó anoche Mario Barletta persuadido de que “el radicalismo ha recuperado su dignidad”, arrojando una explosiva botella al proceloso mar poselectoral del Frente Progresista de cara a las generales del 24 de julio.
Mientras el socialismo hacía su propia radiografía de las primarias en Buenos Aires, Hermes Binner recibió ayer una expresa admonición nada menos que de boca de la máxima figura de sus socios radicales en la coalición gobernante y depositario de 200 mil votos que Antonio Bonfatti necesitará consolidar para enfrentar a Agustín Rossi en los comicios que ungirán al próximo jefe de la Casa Gris.
Es más: un plenario que sesionó ayer en Santa Fe para analizar el resultado de las internas del domingo ratificó el “absoluto respaldo” del radicalismo local a la precandidatura de Ricardo Alfonsín a la presidencia de la Nación. Otro alerta a las indisimulables aspiraciones socialistas de armar un espacio de centroizquierda para anotar a Hermes Binner en la carrera a la Casa Rosada.
Los radicales también exigieron ayer a sus aliados frentistas una urgente convocatoria para definir los espacios de “una estrategia que permita garantizar la victoria en las elecciones generales del 24 de julio”.
“Esta vez no hay un candidato a la Gobernación surgido del consenso como lo fue Binner en 2007, sino una elección interna con resultados cuya lectura es muy clara”, avizoran los hombres del partido de Alem en implícita referencia a un futuro cogobierno. “No seremos furgón de cola de un gobierno encabezado por el socialismo”, había sentenciado Jorge Boasso el lunes en La Capital, uno de los participantes del plenario en la sede departamental de la capital santafesina.
Las filosas frases lanzadas ayer por Barletta al término del encuentro tampoco admitían doble lectura. “La UCR se fortaleció en estas elecciones, y es la única garantía de que el Frente Progresista obtenga un triunfo en las elecciones de julio. Sin el radicalismo, no hay triunfo en la provincia”, disparó el alcalde santafesino.
“Siempre dijimos que los frentes que tienen mejores perspectivas de consolidarse son los que están integrados por partidos que también son fuertes. Ganamos la mayoría de los departamentos, de las ciudades y de las comunas, y eso ratifica la representatividad territorial de la que siempre hablamos. Le devolvimos la dignidad al radicalismo santafesino”, resumió el dirigente capitalino.
Presencias. Del cónclave desarrollado en el gris mediodía de la víspera participaron los principales referentes departamentales y distritales que compitieron por la lista Unidad Progresista en las elecciones internas del domingo. Entre ellos el titular partidario Hugo Marcucci, otro de los triunfadores de la jornada comicial al alzarse con la candidatura a la banca senatorial por el departamento La Capital, relegando al segundo lugar al candidato de Antonio Bonfatti, el actual diputado provincial Antonio Riestra.
También estuvieron la vicegobernadora Griselda Tessio, que secundará a Raúl Lamberto en la lista de candidatos a diputados provinciales, Hugo Storero, único ministro radical del gabinete de Binner y el rosarino Boasso.
Como lo hizo en la misma madrugada del lunes con los resultados en la mano desde el búnker radical, donde el clima festivo se asemejaba al de una victoria, Barletta recordó ayer el triunfo de la UCR en “más de diez departamentos y 30 de las 45 ciudades y en la mayoría de las presidencias de comuna” que se disputaron los candidatos frentistas.
Tras la amenaza radical, lo cierto es que el gobernador Hermes Binner volverá a concentrar todas las miradas cuando esta mañana en la Casa Gris convide a autoridades y periodistas con un chocolate del 25 de mayo tan caliente como la térmica de una interna del Frente Progresista que parece no haber concluido con el veredicto de la boleta única.
Mesa de acción
La mesa nacional del Partido Socialista (PS) se reunió ayer en Capital Federal y resolvió convocar para el sábado a una reunión de “acción política” para ver cómo avanzan en las negociaciones con otras fuerzas para conformar un frente progresista, sobre todo con el GEN y el radicalismo.