Click, Click. Todos juntos, a la hora señalada posaron para las fotos. Los candidatos que más chances tienen de ganar la Municipalidad de Rosario alteraron el mediodía de la zona de plaza 25 de Mayo y se mostraron juntos para una producción de LaCapital.
El más tempranero fue Jorge Boasso, quien no ahorró ironías y chicanas hacia sus colegas. El más rezagado fue Pablo Javkin, quien recordó eso de que "los últimos serán los primeros". A su lado, sonreía su rival, Verónica Irizar, dispuesta a contradecir la cita del concejal.
Mientras el fotógrafo de este diario buscaba las mejores posiciones, Juan Monteverde cebaba unos mates. Roberto Sukerman se atrevió a mostrar los dedos en V, cuando desde dos autos le gritaron: "Viva Perón, carajo".
El mediodía rosarino se consumía bajo el cielo nublado mientras los postulantes a intendente dejaban ver sus rostros enmarcados por el esfuerzo de la campaña. "Yo apenas pude dormir anoche unas horas, después de largos días de sueño corto", dijo uno de los candidatos. Boasso, fiel a su estilo extrovertido, hacía bromas, y posaba para las fotos con Roy López Molina .
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Leonardo Vincenti
Irizar, acompañado de su hijo, se animaba a hacer pronósticos de victoria, mientras Caren Tepp, primera candidata a concejal esperaba a Monteverde para salir de recorrida a un barrio, pese a la veda electoral.
Como fue durante toda la campaña, los transeúntes que caminaban por la plaza y los automovilistas que transitaban por Santa Fe y Córdoba no se mostraban demasiado eufóricos por ver la presencia de los candidatos a intendente. "Eso es porque no se esperan vernos a todos juntos. Además, la gente se acerca más cuando te ve solo", coincidían.
El único de saco y corbata fue Javkin, completando en el día previo a las elecciones lo que fue su indumentaria de campaña. Sukerman, Boasso y López Molina estaban de saco, con un toque sport. Irizar, mostraba su touche femenino con un saquito claro y maquillaje de ocasión. Quedó claro entre tantos hombres que es la única candidata mujer a la Municipalidad.
Los candidatos mantuvieron entre sí un trato afectivo, pero sin demostraciones que vayan más allá de eso. A las tres de la tarde, todos partieron con rumbos diferentes. Nadie le deseó suerte al otro. Hoy, estarán en boletas diferentes.