En ese sentido, Laspina negó que no haya obras para Santa Fe incluidas en la proyección de gastos para el años próximo. "Ruta 34, 1.400 millones, y ruta 33, 1.100 millones. Otros mil millones de repavimentación de rutas nacionales en Santa Fe. Acceso a puertos, (ferrocarril) Belgrano cargas, Gasoducto Regional Centro y 21 jardines de infantes, 1.100 millones para hábitat y vivienda", resumió, en respuesta a los reproches del gobierno santafesino.
—Usted puntea ese listado de obras, pero en Santa Fe lo desmienten o minimizan...
—Es inexacto decir que el presupuesto nacional de 2018 no prevé obras para provincia. Estamos duplicándolo respecto de 2017. Además, toda la tradición de nuestra gestión refleja que las obras iniciadas, se terminan. Respecto de la obra hídrica Desvío Arijón, como presidente de la comisión de Presupuesto me comprometo a incluir ese aval en el proyecto.
—Sobre la discusión por la deuda histórica, el presupuesto 2018 ni siquiera incluye una cláusula como en 2017, que habilitaba la reorientación de partidas en el caso de que se precisaran los montos. ¿Santa Fe está cada vez más lejos de cobrar?
—El año pasado se incorporó sobre tablas a pedido del diputado Luis Lusquiños (fallecido) de San Luis para facultar al jefe de Gabinete (Marcos Peña) a reasignar partidas para el cumplimiento del fallo. Lo dije en su momento, y ahora lo repito: es redundante colocar ese artículo. Con la sentencia es suficiente. Cuando se llegue a un acuerdo económico, el gobierno emite un decreto simple, cita el acuerdo y la sentencia y envía los fondos. No hay nada más que discutir, en todo caso luego lo podría ratificar el Parlamento. Pero estamos hablando de un acuerdo entre la Nación y una provincia. Por lo tanto, el Congreso tiene muy poco para decir. Acá no hay tema legal, lo que falta resolver es político y, para eso, se necesita diálogo.
—Si algo no le faltó al socialismo para con el gobierno actual fue actitud de diálogo...
—Sí, pero quieren cobrar rápido y en la Argentina hay muchas deudas de infraestructura, se va priorizando. Además, Santa Fe debería tener en cuenta que estamos pagando el déficit armonizado de la caja jubilatoria, que respecto de 2015 se duplicaron los aportes para la provincia y que, además, ahora tiene acceso al crédito internacional, por ejemplo mediante un aval de 500 millones de dólares que firmó la Nación.
—La propuesta de la Nación será ir pagando con obras. Pero plata, nada.
—Creo que hay una voluntad de nuestro gobierno, al menos estoy empujando esa idea, de que haya una vinculación del repago de la deuda con obras. A lo mejor pueden estar algunas en la cabeza de la provincia y otras en la de la Nación, sin violar la autonomía de la provincia, que nos permita hacer obras emblemáticas.
—¿Podría ingresar algún acuerdo de ese tipo en el presupuesto o ya no hay tiempo?
—(Piensa) No es imposible, no lo podría descartar, pero llevará un tiempo ponerse de acuerdo en todo el esquema. La verdad es que todavía estamos en la etapa de esperar la respuesta del Ejecutivo nacional.
—Con excepción del oficialismo, todos los bloques opositores calificaron al presupuesto 2018 como de ajuste.
—No hay tal ajuste, estamos esperando una economía en crecimiento. Los argentinos tendrán más salario, mejor empleo y mayor inversión. No se está pensando en hacer un ajuste, mantenemos el gasto social y baja la inflación. Cuando hablamos de ajuste, se trata de una economía en recesión con caída del gasto público y del empleo.
—Se habla de creación de empleo, pero se mantienen parejos los valores nominales de hace dos años, contando ahora a muchos monotributistas y sin absorber el crecimiento vegetativo de 2016 y 2017...
—Es suave el crecimiento, es verdad, pero tenemos que trabajar en darle más incentivo a la creación de empleo. Se ha hablado mucho del costo laboral.
—¿Van a impulsar la baja del costo laboral?
—No, lo que se llaman los impuestos laborales, que hoy aportan la mitad los trabajadores y la otra mitad los empresarios. Ojalá se pueda hacer.
—Funcionarios nacionales anunciaron que se viene una reforma tributaria, que algunos impuestos bajarán y otros subirán. ¿Se puede adelantar algo?
—Estamos esperando el proyecto del Ejecutivo, que llegaría después de las elecciones. Veremos si es una reforma integral o si son varias partes de una reforma que iremos discutiendo. Hasta fin de año tenemos el desafío enorme de toda la cuestión fiscal federal. Algo tenemos que hacer con el crecimiento de los impuestos provinciales y las tasas municipales, que hicieron subir los precios de los alimentos. Y que muchos argentinos se vayan a comprar cosas a los países vecinos.
—Respecto del tema tarifas de servicios públicos, el presupuesto no refleja ninguna cifra acerca de cuánto aumentarán.
—Se planteó un escenario de reasignación de subsidios, que iban antes a las compañías. Ahora promovemos las tarifas sociales a los sectores más necesitados. Obviamente, el programa apunta a la reducción de subsidios y estamos seguros de que los ministerios aplicarán la máxima racionalidad posible. Percibimos que los argentinos quieren eso, que los subsidios vayan a los que lo necesitan.
—La quita de subsidios dejó atrás facturas de luz y gas muy pequeñas (2015), pero si se da otro aumento de alrededor de 50 por ciento durante 2018 (según varios cálculos), hablamos de subas de tarifas de luz y gas de entre 12 y 15 veces (1500 por ciento) en menos de tres años. ¿Esa política es sustentable?
—Gran parte del costo de la electricidad tiene que ver con la distribución provincial. Y Santa Fe tiene la energía más cara del país y es independiente de la recomposición tarifaria nacional. También los argentinos saben que, si se pudiera seguir otro camino, para tener energía en el verano y evitar quedarnos sin gas en el invierno, lo hubiésemos tomado. Estamos dejando de importar, de gastar miles de millones en eso.