Por Javier Felcaro
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital.
El jefe de la cartera de Seguridad, bajo la lupa legislativa.
La política santafesina abre una semana en la que intensificará su ya elevado voltaje: el jueves próximo, la viabilidad del pedido de juicio político al ministro de Seguridad provincial, Marcelo Sain, comenzará a ser analizada en la Cámara baja, luego del planteo formalizado por la Coalición Cívica (CC) frente a la viralización de un audio en el que el verborrágico funcionario critica y descalifica a la policía.
La petición contra Sain refiere al mal desempeño de sus funciones, en rigor, un concepto difuso en la doctrina jurídica y constitucional. Y ese será un punto clave a estudiar. Por lo pronto, el oficialismo ya avisó que no están dadas las condiciones de imparcialidad, particularmente por la presencia del ex ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro, actual diputado provincial del Frente Progresista (FPCyS).
La dirigencia frentista, en tanto, sigue convencida de que es posible avanzar con el proceso contra Sain. No obstante, y al igual que otros espacios opositores (como Juntos por el Cambio, JxC), insiste en no perderles el paso a los próximos movimientos de la Casa Gris. Es que — por lo bajo— consideran conveniente que la gestión de Omar Perotti propicie la salida del funcionario antes que afrontar un costo político superior.
De cara a los días por venir, el oficialismo luce en desventaja en ambas Cámaras legislativas (Diputados acusa y el Senado juzga).
Fiel a su estilo, y exteriorizando la tormenta interna que sacude al oficialismo, Sain reavivó la controversia el sábado pasado a través de un mensaje en su cuenta de Twitter, que terminó borrando pocas horas después: “Me siento más compañero de Roy (López Molina) que de la inmensa mayoría de les muchaches peronistes”. La frase del ministro aludió a declaraciones del concejal rosarino de Juntos por el Cambio en las que cuestionó al Frente Progresista por sus gestiones en Seguridad.
Los habitantes de Rosario, en tanto, siguen mirando atónitos cómo la curva de violencia —nacida una década atrás— lejos está de aplanarse.
La institución, ubicada en Junín y México, no tuvo servicio durante la mañana en los baños y el comedor. Esperan que la situación se normalice para el turno tarde
Por Claudio Berón
Por Lucas Ameriso
Por Miguel Pisano