El ex intendente de Morón y actual diputado nacional de Nuevo Encuentro, Martín Sabbatella,
analiza que “hay un oficialismo que invita a decir «esto es lo máximo que se puede hacer», y
una oposición que quiere retroceder”. Apunta que “en la oposición se ve un intento de
reciclar el bipartidismo con dos grupos: el Peronismo Federal y el panradicalismo”, y que
“todos ellos traccionan de alguna manera para que la Argentina vuelva a la avenida
neoliberal”. Por eso, insistió en que “planteamos con autonomía enfrentar a esa derecha
conservadora que quiere retroceder y a la vez condicionar con una mirada progresista el rumbo del
gobierno. Es un error ayudar a constituir mayorías a esa derecha”, en alusión a sectores como
el socialismo que integran el llamado Grupo A en Congreso. “Esa oposición, lo bueno de este
gobierno no lo harían, y lo malo lo harían igual o peor”, resumió.
¿Cómo ve la situación política actual, a un año de las elecciones del 28
de junio de 2009?
A partir de 2003 se inició en Argentina una cantidad de debates que
devolvieron a escena temas que los ’90 habían querido clausurar. Argentina comenzó a recorrer
una avenida del pensamiento que permitió volver a discutir el valor de lo público, el rol del
Estado, la integración regional, otra perspectiva de los derechos humanos. Y eso ha generado
también reacciones de sectores que quieren volver a la avenida neoliberal. Para nosotros los
conflictos y las tensiones tienen que enriquecer la democracia. Se había querido generar un clima
de tensión, se hablaba de la crispación, que nos damos cuenta que no era tal.
¿Cómo se para Nuevo Encuentro frente a ese proceso?
Somos una fuerza política autónoma e independiente. Hay un oficialismo
que invita a decir “esto es lo máximo que se puede hacer”, y una oposición que quiere
retroceder. No compartimos esta idea de fin de ciclo. Pertenecemos a una avenida de pensamiento que
queremos que la Argentina siga recorriendo, y eso se hace defendiendo los pasos positivos y yendo
por más de ese piso construido.
¿Le molesta que se haya querido construir la idea de que ser
independiente implica ser opositor?
Hay una tendencia a poner en blanco y negro todo. Nuestra posición es de
autonomía y hablar desde un lugar que no es el de los partidos tradicionales, pero que no es
neutral. Cuando se discute ley de medios, asignación universal, retenciones, integración regional o
relaciones carnales, derechos humanos, estamos en un lugar. Nos pueden encasillar, pero no nos
molesta.
—¿Algunos hablan de una partición en tercios de la sociedad en su
intención de voto, coincide con esa descripción?
—Lo que se ve en la oposición es un intento de reciclar el
bipartidismo con dos grupos: el peronismo federal que es intentar dialogar con la tradición
peronista pero desde un lugar claramente a la derecha del sistema político; y el panradicalismo,
con la Coalición Cívica y otros grupos, donde hay riesgos de que algunos sectores puedan
constituirse en la pata progresista de esa derecha republicana. Todos ellos traccionan de alguna
manera para que la Argentina vuelva a la avenida neoliberal. Y habrá que ver finalmente cuál es la
propuesta que hará el oficialismo.
—¿Cuando habla de “pata progresista” de la derecha
está pensando en el socialismo?
—Veo que el socialismo está en una discusión, si ayuda a construir
una fuerza de centroizquierda alternativa con diálogo con las distintas tradiciones populares, o si
se recuesta dentro de las estructuras del la UCR.
—Quedaría poco espacio para la izquierda.
—Nosotros queremos construir una herramienta política nueva que
corte desde distintos lugares. Hay muchos que están unidos y deberían estar separados, y muchos
separados que deberíamos estar unidos. También tenemos una discusión con otros sectores que, con un
discurso que teóricamente van por más, terminan siendo funcionales a quienes quieren ir por menos,
algunos de Proyecto Sur sobre todo. Ellos consideran que el país vive “más de lo
mismo”. Esto no es el tope de las transformaciones posibles, pero no es más de lo mismo. Creo
que hay una parte de esas fuerzas progresistas que terminan ayudando a construir mayorías en el
Congreso con quienes quieren retroceder.
—Ese es un viejo debate de la izquierda.
—Creo que no es un problema de unidad de la izquierda o el
progresismo. Hay miradas distintas del presente, sobre los procesos políticos, y ahí es difícil
hacer una síntesis. Podemos estar de acuerdo muchos cuando dialogamos con la historia, con qué tipo
de sociedad imaginamos, pero con Proyecto Sur nuestra diferencia fundamental es cómo vemos el
presente. Lo que queremos se logrará sólo si podemos sostener los pasos que se han ido dando. Si
considerás que no hay ningún paso dado, terminás siendo funcional a otros intereses. Eso ya pasó en
la historia argentina. No nos resignamos a los límites del presente, pero no es más de lo mismo, es
mejor, pero es insuficiente.
—¿Qué opinión le merece el Grupo A en el Congreso?
—Cuando se conforma el Grupo A fuimos muy críticos porque tiene
una hegemonía de pensamiento de derecha y conservador, y es imposible imaginarse que siendo la pata
progresista del Grupo A se pueda ir por más. Nosotros planteamos con autonomía enfrentar a esa
derecha conservadora que quiere retroceder y a la vez condicionar con una mirada progresista el
rumbo del gobierno. Es un error ayudar a constituir mayorías a la esa derecha.
—Con las renovación del Congreso ese sector se planteó dictar la
política del gobierno pero, por el contrario, el Ejecutivo recuperó la iniciativa política. ¿Qué
ocurrió?
—Es una oposición que está muy desarticulada, en una crisis,
primero por la búsqueda de liderazgos, pero además porque hay posiciones políticas distintas.
Igual, que no hayan avanzado en todo lo que prometían hacer para la Argentina es una buena noticia,
porque el avance de esa derecha va contra los intereses de los sectores populares. Habían planteado
retroceder en políticas distributivas como retenciones, un cuestionamiento a la ley de medios.
Desde la perspectiva progresista es muy difícil imaginarse que una alianza del PRO, UCR, CC,
Francisco de Narváez pueda resolver algo interesante. A ese sector lo que les preocupa son las
cosas que a nosotros nos gustan de este proceso que vive la Argentina. Lo que creemos que falta, lo
que pensamos que está mal no es preocupación de ellos. Esa oposición, lo bueno de este gobierno no
lo harían, y lo malo lo harían igual o peor. l