Al fin, Carlos Reutemann tomó posición frente a la sucesión de durísimas críticas que le viene
propinando el gobernador Hermes Binner. "Que se dedique a gobernar; la verdad, no me interesa lo
que dice ni tampoco contestarle", le dijo el senador nacional en exclusiva a La Capital.
La estrategia del ex titular de la Casa Gris había sido
responder los mandobles del socialista por medio de dirigentes de su sector, pero ayer quiso cerrar
su posición, que "es la misma" que esgrimió el 28 de diciembre pasado, cuando anunció en un
programa televisivo una potencial candidatura presidencial. "No hay diálogo posible con Binner",
señaló aquella vez, molesto por las acusaciones del gobernador.
"El se metió con un tema muy complicado y muy sensible, más
allá de lo que se diga hay una Justicia que ha trabajado: el tema (del asesinato de Pocho) Lepratti
es muy serio, muy complicado, (ellos) han jugado mucho con eso; para mí eso es una barrera
infranqueable en la relación con Binner. Es demasiado serio, duro y triste, y no nos olvidemos de
que el actual gobernador era intendente de Rosario y podría haber ayudado; él formaba parte del
gobierno de la Alianza", amplió aquella vez.
Ayer, dijo que no lo sorprenden las actitudes de Binner.
"Ni me interesa contestarle, que se dedique a gobernar", respondió lacónico pero contundente a este
diario.
El titular de la Casa Gris salió a levantar la candidatura
de Rubén Giustiniani a senador criticando al Lole y sorprendió al romper su estilo moderado.
"Reutemann no puede caminar por las calles de Santa Fe, ni entrar a un café", fue el itakazo que
disparó. Antes, le reprochó su supuesto escaso trabajo en la Cámara alta. "Hay algunos senadores
que los proyectos que presentaron entran en una hoja de un cuaderno de anotaciones", ironizó, para
agregar: "Reutemann acompañó todas las políticas. Fue menemista, después fue kirchnerista para
luego ser antikirchnerista. Cuando les tocó firmar el pacto fiscal (a los legisladores
justicialistas), lo hicieron y perjudicaron a Santa Fe".
Para que no quedaran dudas de su posición, Binner señaló:
"(Carlos) Reutemann es el pasado, no podemos chocar con la misma piedra por tercera vez". Luego
insistió en sostener que se va "a meter de lleno en la campaña" electoral en apoyo a Giustiniani,
quien ayer pidió un debate público con el Lole.
Lo sorprendente del nuevo capítulo de declaraciones duras
por parte de Binner es lo que sostiene luego de su andanada de críticas. "El Lole es una persona
correcta y estoy dispuesto a conversar con él en bien de la provincia". Ayer se le escuchó decir al
Lole: "Eso se llama tener dos caras".
Antes de mandarlo a gobernar, Reutemann tampoco se anduvo
con chiquitas. Apenas le dieron el alta tras su internación en Rosario, le espetó: "Binner tiene
cara de ángel pero es un verdadero demonio".
El estilo confrontativo no favorece a ninguno de los dos
dirigentes, quienes son reconocidos por el electorado independiente por su moderación y el estilo
refractario a las declaraciones explosivas. Reutemann pareció ayer estar convencido de eso, ya que
una vez que señaló que Binner tiene que dedicarse a gobernar, prefirió hablar de otros temas con
La Capital.
Más allá de lo dicho por el Lole, los diputados
provinciales Jorge Lagna, Darío Scataglini, Silvia De Césaris, Victoria Ramírez, Adrián Simil,
Federico Reutemann y Alberto Monti apuntaron que los "groseros" ataques a la figura del senador no
hacen más que intentar disimular la falta de gestión "y su incapacidad para demostrar actos de
gobierno, escudándose en una estrategia mediática de descrédito, agravios y agresiones. Lejos está
de satisfacer las demandas de la ciudadanía, que exige la resolución en forma inmediata de los
graves problemas de seguridad, pérdida de fuentes laborales, atención al drama de la sequía en
buena parte de nuestro territorio y carencia de políticas en todas y cada una de las áreas de la
administración".
Los reutemistas no trepidaron en calificar la gestión de
"deficitaria, improvisada y despojada de ideas, muy alejada de la promesa de los «buenos tiempos».
Es altamente decepcionante presenciar como el gobernador y varios de los miembros del gabinete
intentan llevar el tono de la campaña política a una especie de riña de gallos, revolviendo
archivos y desenterrando viejos rencores. Los problemas les estallan hoy ante sus narices, como ha
sucedido con los enfrentamientos con pérdida de vida en el gremio Atilra, con lo del lunes pasado
en la peatonal de Rosario, donde la policía impávida miraba cómo las barras bravas se enfrentaban
salvajemente, o con el clima de inseguridad creciente que genera zonas liberadas y territorios
abiertos para el crimen organizado en Rosario y Santa Fe".
Esta pelea apenas consumió unos pocos rounds. l