Por Laura Vilche
Mujeres e identidades femenizadas tenemos ahora grandes desafíos por delante. Nos gobernará una vicepresidenta muy distinta, que si bien siendo primera mandataria no impulsó la ley de interrupción legal del embarazo (ILE), se "deconstruyó" y votó a favor de la norma en el Senado. Cristina Fernández de Kirchner acompañará a Alberto Fernández quien prometió crear el Ministerio de la Igualdad y se diferenció de integrantes de su frente como el gobernador tucumano Juan Manzur. A él le dijo que había que dejar de "ser hipócritas" sobre casos como el de Lucía, la nena de 11 años, violada, a la que se le negó el acceso al protocolo de aborto legal y fue obligada a parir en Tucumán. "Juan sabe lo que yo pienso y yo sé lo que él piensa. El aborto es una cuestión de salud pública y hay que resolverlo", le dijo Fernández. Pero hay muchos temas y por eso necesitamos legisladores que no den respuestas desde su credo personal. Hay que reponer los materiales que el macrismo ninguneó sobre la Educación Sexual Integral (ESI), hay que reponer anticonceptivos en las provincias, hay que sostener los protocolos de abortos no punibles, destinar presupuesto a las reparticiones que trabajan con mujeres víctimas de violencia machista, hay que acortar la brecha salarial del 27 por ciento entre varones y mujeres, visibilizar el trabajo de cuidado de niños y adultos mayores que ejerce el 72 por ciento de las mujeres sin cobrar un peso, convertir en ley el proyecto integral trans y darles batalla a los femicidios y travesticidios. Una agenda de género abultada por trabajar.
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