Piqueteros conducidos por Raúl Castells desafiaron ayer a la administración de Mauricio Macri y
marcharon por el centro porteño, pese al plan oficial para restringir la protesta social. No
obstante, acordaron “avisar” en lugar de “pedir autorización” para
manifestaciones futuras.
Castells junto a unos 500 manifestantes realizó la primera movilización
desde que la Justicia porteña alertó que aplicará sanciones a quienes corten calles sin
autorización.
El jefe del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD)
cuestionó la decisión de Macri de restringir las protestas sociales, pero por la tarde anunció un
acuerdo con la Comuna porteña, por el cual avisará con antelación el recorrido de las protestas
“pero sin pedir autorización”, como pretende el Ejecutivo.
“No le vamos a pedir permiso a un burócrata del Estado que jamás
luchó por la democracia”, dijo Castells al referirse a Macri, y afirmó que “no le vamos
a dar un solo centavo... sería el colmo que nos venga a robar a los pobres”, en relación a
las multas anunciadas por la Fiscalía Contravencional.
Una segunda marcha fue realizada desde el barrio de Constitución hacia
la Jefatura de Gobierno porteño por la agrupación Cuba, que dirige Oscar Kuperman. “Ni
avisamos ni pedimos autorización, el método no lo vamos a cambiar porque nos permitió continuar con
nuestras actividades sociales”, expresó Kuperman.
El gobierno nacional se distanció tanto de Macri como de los piqueteros.
El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, dijo que no acepta “cortes” ni
“palos”. Consideró que “Castells debería corregir su modo de protesta” ya
que hubo “elecciones y se habrá dado cuenta de lo que piensa la gente”. Pero advirtió
que Macri “piensa que las cosas se arreglan a los palos, nosotros nunca pensamos eso,
seguimos creyendo que el método es la persuasión y garantizar la seguridad de los
ciudadanos”, sostuvo. l