Con un guión bien federal y productivista, pero esta vez sin dardos para Alberto Fernández, el gobernador Omar Perotti se plantó en un escenario donde el peronismo juega de visitante y dijo que la dirigencia política debe “transmitir tranquilidad y previsibilidad”. “Hay que tener espalda para bancar acuerdos”, planteó.
En su primera actividad pública después de contagiarse Covid por segunda vez, el gobernador participó a distancia del ciclo Democracia y Desarrollo, organizado por Clarín en el Malba, en Buenos Aires. Perotti compartió panel con el gobernador correntino Gustavo Valdés, el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa y el ex ministro de Transporte de la administración Cambiemos, Guillermo Dietrich.
Después de criticar a los consultores que sugieren “no juntarse” y “descalificar al adversario”, Perotti defendió su gestión en la provincia y llamó a aprovechar las oportunidades que ofrece la coyuntura.
Con guiños a empresas con base en Santa Fe como Bioceres y Terragene, dos de las niñas mimadas del gobernador, Perotti pidió que se prioricen las obras que ensanchen la canaleta donde entran los dólares y que permitan bajar costos.
También reclamó socializar los costos y no sólo las ganancias. “El 80 por ciento de los granos salen por puertos de la provincia y por rutas de de las que solamente se hace cargo la provincia y los beneficios de esas exportaciones son para toda la Argentina. Es bueno que compartamos también la mejora en la infraestructura”, señaló el jefe de la Casa Gris.
Además, Perotti pidió que destrabe el gasoducto Néstor Kirchner y que la futura concesión de la hidrovía parta del piso que dejó la gestión de la belga Jan de Nul y la argentina Emepa.
A diferencia de otras oportunidades donde se tocaron temas sensibles para la provincia -como el cierre a la exportación de carnes y los amagues de la Casa Rosada con subir retenciones- esta vez Perotti no disparó directamente contra Fernández.
Seguramente, más por no querer empiojar la relación con la Casa Rosada un día antes de que el presidente y el gobernador compartan un acto sobre la ampliación de dos plantas potabilizadoras de Aguas Santafesinas que porque las diferencias se hayan diluido. Hace tiempo que en los pasillos de la Casa Gris se quejan por lo bajo la mirada centralista, la falta de liderazgo y los déficit de gestión que Fernández exhibe cíclicamente.
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Ante eso, y pese a la alianza táctica con Cristina, Perotti se enfoca en la provincia y evita subirse a movidas como el proyecto de ampliar la Corte Suprema a 25 integrantes, impulsada por la renacida liga de los gobernadores. Fiel a su mirada, el ex intendente de Rafaela volvió a marcar otra diferencia conceptual con el kirchnerismo. “A mí me enseñaron de chico que para distribuir primero había que llenar la canasta”, remarcó.
Chicanas
En modo estadista, Massa mandó unos tiros por elevación al ex ministro Matías Kulfas y a los diputados opositores por la polémica alrededor del gasoducto Néstor Kirchner y llamó a sacar la discusión sobre el desarrollo “del mediocre debate chicanero de la política”.
En este sentido, Massa elogió a Facundo Manes, presidente de la comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara baja y ubicado en el centro del espectro político que alguna vez ocupó el ex intendente de Tigre. E insistió con su propuesta de convocar a las distintas fuerzas políticas a discutir en el Congreso una serie de políticas de Estado sobre energía, agroindustria, minerales críticos y formación de capital humano.
Entre risas y tomando del brazo al radical Valdés, Massa le mandó un mensaje a los halcones de la principal coalición opositora, que criticaron el vínculo fluido entre el gobernador radical y presidente de la UCR, Gerardo Morales, y el presidente de la Cámara. “Por ahí te retan en Juntos por el Cambio”, deslizó.