El pedido del Frente Progresista (FPCyS) a la Cámara baja provincial para realizar el 29 de agosto próximo una sesión extraordinaria y llevar al recinto el proyecto de necesidad de reforma de la Constitución puso en alerta al peronismo santafesino, que esta semana reunirá a sus diputados para garantizar una posición unánime de rechazo a la iniciativa.
Para tratar el proyecto reformista que propicia la Casa Gris el oficialismo primero debe conseguir las dos terceras partes de los legisladores presentes (para iniciar la sesión tienen que haber al menos 26 diputados, que es el quórum).
En tanto, para poder aprobar y darle media sanción a la iniciativa, el número de votos se deberá elevar a 34. Pero, hasta el momento, el Frente Progresista sólo cuenta con 24 voluntades.
Pese a la resistencia que genera una posible reforma constitucional en el justicialismo, la ausencia en Santa Fe de un pronunciamiento partidario formal (que se dilató por la recientemente caída intervención del PJ a nivel nacional) y los juegos de seducción política ya en marcha activaron los sensores de algunos legisladores.
Por eso, el diputado provincial Leandro Busatto (Frente para la Victoria, FpV-PJ) solicitó al titular del peronismo santafesino, Ricardo Olivera, que convoque esta semana a los representantes partidarios en la Cámara baja con le objetivo de "discutir el tema y fijar una posición uniforme".
"Mi postura a presentar ante el partido es el no tratamiento del proyecto. De hecho, mi idea es no dar quórum en la medida en que el oficialismo no avance en ese sentido. Si lo logra, bajaremos al recinto y manifestaremos nuestra posición negativa", explicó a La Capital el legislador.
Acerca de las razones que sustentan su planteo, Busatto consideró: "El partido se equivocó en no fijar una posición uniforme y ahora estamos abiertos a operaciones cruzadas que no sabemos en qué terminan".
El tema que desató más polémica en la oposición es la posibilidad de que el actual mandatario santafesino quede habilitado para una reelección. A modo de réplica, Miguel Lifschitz machacó con que esa instancia correrá por cuenta de una Convención Constituyente.
De hecho, en mayo pasado, al finalizar el discurso del gobernador que dejó inaugurado un nuevo período de sesiones ordinarias en la Legislatura, el diputado provincial del PJ Luis Rubeo advirtió: "Si hay que evaluar los tiempos, espero que apoyen mi proyecto (reformista), porque no existe ninguna posibilidad de que la iniciativa de Lifschitz tenga sanción este año".
Paralelamente, el diputado provincial Héctor Cavallero (PPS) ingresó a la Cámara baja su proyecto de enmiendas a la Constitución santafesina. Y lo propio hicieron los legisladores del interbloque Igualdad (Rubén Giustiniani, Silvia Augsburger, Carlos del Frade y Mercedes Meier). Pero el reciente pedido de sesión especial en la Cámara baja sólo contempla a la iniciativa fogoneada por Lifschitz.
"Es cierto que nuestro bloque es muy disperso pero creo que, si alguien decide ir hacia la reforma constitucional, lo hará en contra de la estrategia del peronismo. No me importa que me corran con la vaina de la Casa Gris. Tuvieron dos años para poner este proyecto en tela de juicio y terminan llamándonos a las apuradas", arremetió Busatto.
La semana pasada, apenas conocida la decisión del gobernador del pedir una sesión especial en Diputados, Rubeo había alertado: "Es una barbaridad que se plantee en estos términos. Queda evidenciado que el objetivo no es la reforma de la Constitución sino ver si habilitan a Lifschitz a un nuevo mandato, si consigue la reelección".