Carlos Raimundi, que encabeza la lista de diputados nacionales por Buenos Aires
de Solidaridad e Igualdad (SI), consideró ayer que la movida de Néstor Kirchner de proponer a
Daniel Scioli como candidato "es la típica actitud de un paranoico en retirada", y convocó a
ampliar el espacio de centroizquierda. También cuestionó a dirigentes radicales que "quieren
capitalizar el legado de (Raúl) Alfonsín, pero buscan hacer listas con la Sociedad Rural que lo
silbó".
—¿Qué opina de una candidatura de Kirchner, Scioli e intendentes del PJ
bonaerense?
—Es típica la actitud de un paranoico en retirada que huya hacia adelante,
la última jugada para recuperar el espacio perdido, obligando a gobernador e intendentes a jugarse
por temor, a un proyecto que ya no enamora, y además se le va acabando el dinero para políticas
clientelares. Es, además, una nueva traición al electorado, porque sitúa al votante ante candidatos
que no ejercerán los cargos para los que fueran votados, y sí lo harán quienes se esconden en el
anonimato de los fondos de las listas.
—Refleja que es el PJ quien marca los tiempos políticos.
—Lo que sí es cierto, es que una vez más, el PJ se sube al tren bala del
poder arrasando con toda institucionalidad, mientras, en el arco progresista, seguimos tomándonos
examen entre nosotros, demorando una gran confluencia de objetivos. Tenemos que acudir a una gran
convocatoria colectiva a unificar y ampliar el espacio de quienes no creemos en esta reedición del
bipartidismo, propia del pasado y no del futuro.
—¿SI va a construir alianzas en la provincia de Buenos Aires?
—Tenemos el objetivo de ampliar el arco progresista. Algunos dicen que en
provincia va a haber tres grandes bloques, pero para mí se trata sólo de dos, porque hay uno, el
del PJ, que va a ir a una interna abierta el día de la elección para dirimir quién lo conduce hacia
el 2011. Pero es un mismo polo, porque una vez que votaron, se alinean nuevamente. Y en el otro,
está el partido radical y sus aliados. Yo creo que la Argentina tiene necesidad de una alternativa
progresista.
—¿Con quiénes buscar formar la alianza progresista?
—Son sectores sindicales vinculados a la CTA y los cercanos al pensamiento
de Pino Solanas. Conversamos mucho y estamos trabajando en hacer un oposición muy
institucional.
—¿Sería positivo que todos los que se consideren oposición se comprometieran a
sostener un programa de acción conjunta parlamentaria para después de las elecciones?
—Yo planteo que frente a una crisis que viene del exterior, que puede
afectar niveles de empleo y de consumo, debiera ser todo el arco político argentino, y no solo la
oposición, el que debiera firmar cuatro o cinco ejes de políticas de Estado que tienda a
reconstituir el tejido productivo y el social, y se orienten a plantear medidas activas a favor del
consumo interno, de la producción y del no despido de fuentes de trabajo. Por eso apelo a una mayor
racionalidad de la dirigencia política, que no la estamos viendo en sectores de muy altas
responsabilidades.
—¿El homenaje que recibió Raúl Alfonsín en su sepelio puede ser capitalizado por el
partido radical?
—Alfonsín encabezó la salida del exilio interior de la Argentina y marcó
el paso del miedo a la esperanza. Creo que la muerte de un hombre con semejante proyección
histórico no implica necesariamente el renacimiento del partido radical. No puedo admitir que
algunos dirigentes que quieren capitalizar el legado de Alfonsín, que fue silbado en la Sociedad
Rural, busquen ahora hacer listas de candidatos con la Sociedad Rural.
El diputado de Solidaridad e Igualdad (SI) llamó a ampliar el espacio de
centroizquierda
Diego Dulce
DYN