Para el consultor Fernando Dopazo, no habrá esta vez escenario de tres tercios en la elección del nuevo gobernador el domingo próximo, como sí ocurrió en 2015 en los comicios que ungieron a Miguel Lifschitz. "Hay una polarización de dos bloques que se presenta, básicamente, entre Antonio Bonfatti (Frente Progresista, FPCyS) y Omar Perotti (frente Juntos, PJ), con una favorabilidad para Bonfatti de cuatro puntos", vaticina el profesional.
Con todo, admite Dopazo a La Capital que será una elección que se definirá "por matices" que tienen que ver con "el liderazgo y la credibilidad" de los candidatos y sus proyectos. Y avizora un escenario similar en la disputa por la Municipalidad de Rosario, donde ve ganador a Pablo Javkin (FPCyS) por encima del justicialista Roberto Sukerman.
La mirada del experto difiere acerca del escenario que puede llegar a presentarse en Santa Fe de cara a la elección nacional, para la cual —aclara— "todavía falta una eternidad". Al respecto, agrega: "Influirá lo que ocurra con las alianzas, aunque no se observa por ahora en la provincia un escenario de polarización".
—¿A una semana de los comicios en Santa Fe, puede hablarse de un escenario de polarización similar al de las Paso de abril o, incluso, puede darse una elección de tres tercios como ocurrió con anterioridad?
—En relación al escenario provincial tras las Paso se observa ya no la existencia de tres tercios, lo que además nunca existió de manera muy consolidada, sobre todo a partir de los techos que a José Corral le fijan su desconocimiento y los resultados del gobierno nacional o de la marca Cambiemos. Y al peronismo su techo histórico dentro de la provincia. Eso generó una polarización de dos bloques en una elección que se presenta, básicamente, entre Bonfatti y Perotti.
—¿Cómo se traduce en números esa polarización que usted describe?
—Los números que tenemos indican una elección favorable a la figura de Bonfatti importante, digamos de cuatro puntos a nivel provincial. La diferencia está más consolidada y estable en Rosario. En la ciudad de Santa Fe se presenta un escenario más parejo entre los tres (Bonfatti, Corral y Perotti). Pero con excepción de Rafaela (ciudad de la que es oriundo el candidato del PJ), en otras como Venado Tuerto y Reconquista hay una favorabilidad hacia el candidato del FPCyS.
—Al margen de la influencia negativa del gobierno nacional respecto de la performance de Corral, ¿hay alguna incidencia en esa tendencia por parte de la gestión provincial?
—Se trata de una campaña en la que, aparte de esos techos que tienen tanto el PJ como Cambiemos, para el Frente Progresista tiene el adicional de ser un gobierno que todas sus gestiones, desde Hermes Binner, el propio Bonfatti y actualmente Lifschitz, cuentan con altos niveles de aprobación. Hablamos de que las dos figuras con mejor imagen de la provincia son Lifschitz y Bonfatti. Entonces, uno estima que esos son elementos que contribuyen al resultado final, sumado a una aprobación de gestión donde hay muchas cosas que son valoradas por la ciudadanía.
—¿Y qué se observa en la pelea por Rosario?
—Para la Municipalidad rosarina, tanto Sukerman como Javkin están despegados del tercero. Y también con un escenario más favorable para el Frente Progresista.
—¿Cuánta incidencia, si es que la tiene, depara el escenario nacional?
—Así como viene ocurriendo en las diferentes elecciones provinciales, no se ve un impacto de lo nacional en la discusión que se está dando en ese ámbito en los comicios santafesinos. Es como que el ciudadano de a pie cada vez tiene más en claro qué es elegir un intendente, un gobernador y un presidente. Y cuáles son las áreas de responsabilidad que le tocan a cada uno. En Santa Fe, con la implementación de la boleta única, eso se nota todavía más.
—¿Habrá algún elemento definitorio de estos comicios?
—Creo que no, que se definirá por matices, que tienen que ver con atributos de los proyectos políticos y de sus líderes. Y, a la vez, de lo que la gente valore respecto de la fuerza y la congruencias de esos discursos y liderazgos.
—¿Cómo se presentará el panorama de la elección nacional en Santa Fe?
—Influirá lo que ocurra con las alianzas. La provincia, y particularmente Rosario, es dónde la imagen de Macri está más deteriorada en la actualidad. De hecho, es una de las grandes urbes del país donde más deteriorada está la imagen presidencial, lo que marca un techo importante para las opciones de Cambiemos. Pero tampoco subió mucho la intención de voto de la fórmula Fernández-Fernández respecto de los números de Cristina Kirchner como candidata a la Presidencia. Hablamos en números de 20 a 25 por ciento para Macri y Cristina estaba en 32 por ciento, y ahora con Alberto estará en 35 por ciento. En ese marco, Sergio Massa (Frente Renovador, FR) tiene alrededor de 15 por ciento, al igual que Roberto Lavagna. Incluso, hay algún porcentaje peronista que podría optar por (el gobernador de Salta) Juan Manuel Urtubey, que es el más desconocido de todos. Por ahora no se observa un escenario de polarización en la provincia respecto de la elección nacional, aunque igualmente falta una eternidad, no sólo las inscripciones de alianzas y candidaturas, además de las Paso. La maquinaria electoral de Cambiemos ha demostrado una gran efectividad, tanto en el orden y la disciplina de cómo comunicar un mensaje, de manera que tampoco hay que darlo por muerto a pesar de sus debilidades. Y el peronismo, a nivel nacional, siempre parte de un piso histórico más que importante que lo hace competitivo.
—¿Cómo evalúa los movimientos de Massa?
—Se comienza a ver, producto de la primavera en cuanto a la estabilidad del dólar, cierta mejoría de los indicadores de Cambiemos y lo que hace a Macri. Y, por ahora, es una elección que se sigue definiendo alrededor del anti. El corrimiento de Massa hacia el kirchnerismo podría mejorar la performance de la fórmula Fernández-Fernández, pero también es cierto que el conjunto de sus votantes no se correría del todo con él. Eso favorecería el panorama, las posibilidades de una tercera fuerza, sea Alternativa Federal (AF) o Lavagna, que actualmente quedaron desdibujadas en el escenario político.