El fiscal federal Carlos Rívolo pidió ayer que un ex oficial de Inteligencia de
la Policía Federal sea condenado a 17 años de prisión como apropiador, hace casi tres décadas, del
hoy legislador porteño Juan Cabandié, hijo de padres entonces cautivos y actualmente
desaparecidos.
Según informaron fuentes judiciales, Rívolo, en el marco de
un proceso que se rige por el viejo Código Penal, acusó a Luis Falco por la retención, ocultamiento
y falsificación de datos y documentos de identidad de Juan Cabandié Alfonsín, a quien había
inscripto como hijo de su matrimonio con María Teresa Perrone.
Un examen de ADN efectuado en 2004, luego de que el
secretario de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, Eduardo Luis Duhalde, impulsara la
pesquisa, reveló, con un grado de certeza del 99 por ciento, que el joven, entonces de 26 años, es
hijo de Damián Abel Cabandié y Alicia Elena Alfonsín.
Los cónyuges habían sido secuestrados a fines de diciembre
de 1977 y estuvieron en centros clandestinos de detención ("El Banco", "El Atlético"), hasta que la
mujer, embarazada de siete meses al momento de la privación ilegal de la libertad, fue trasladada a
la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma).
En la maternidad que funcionaba en la Esma, en marzo de
1978, y en un parto en el que habría intervenido el médico naval Jorge Luis Magnazo, Alfonsín dio a
luz a un niño, al que llamó "Juan", pero que semanas después —tras veinte días de
amamantamiento— le fue sustraído y, luego, anotado por el acusado como Mariano Andrés
Falco.
En su declaración testimonial, el hijo de desaparecidos
manifestó que venía sospechando que no tenía parentesco biológico con Falco porque el ex policía le
brindaba un "trato diferencial" —violencia verbal y física— con respecto a su
"hermana", aunque el acusado era "denigrante y autoritario" con toda la familia.
Las dudas se incrementaron porque el joven, a diferencia de
su hermana, no tenía fotografías correspondientes a los días posteriores a su nacimiento. En 2003,
el joven decidió preguntarle a Perrone si realmente ella era su madre y, luego de algunas mentiras
y titubeos, la cónyuge del acusado le comentó que había sido su marido (del que estaba separada)
quien hizo todo el trámite con la anotación y le expresó su deseo de ayudarlo a conocer a su
familia de sangre.
Cuando fue indagada, Perrone expuso su desconocimiento
sobre la ilicitud de la conducta que habría perpetrado su marido (para ella se trató de una
adopción) y fue sobreseída.
Falco aseguró que desconocía el origen del bebé o que estuviera relacionado
con actividades delictivas y también argumentó que se trató de una adopción, pero el juez federal
Rodolfo Canicoba Corral lo procesó por el hecho y, en noviembre de 2006, la Sala II de la Cámara en
lo Criminal Federal confirmó esa medida.