El presidente electo, Mauricio Macri, recibió ayer al secretario general de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, quien le pidió mantener los "puestos de trabajo" y "el poder adquisitivo" de los salarios, una semana antes de que asuma al frente del Poder Ejecutivo.
De esta forma, tras varias idas y vueltas y de algunos roces por el disgusto de Moyano sobre los nombramientos de Macri en las carteras de Trabajo y Transporte, finalmente se concretó el encuentro entre el futuro presidente y el líder sindical que se mostró más cerca suyo durante la campaña electoral.
De la reunión participaron Macri, Moyano, el vicejefe de Gobierno porteño electo, Diego Santilli, el designado ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y el futuro ministro de Transporte, Guillermo Dietrich.
Sobre sus reparos hacia la designación de Triaca, el líder camionero señaló: "Como corresponde, el presidente tiene facultades para designar sus ministros y nosotros tenemos la facultades para decir si nos gusta".
"En la medida que de respuesta tenemos que estar de acuerdo, ahora si no lo hace...", advirtió Moyano.
Al ser consultado sobre si había una suerte de plazo de gracia que el sindicalismo iba a darle al mandatario electo, el dirigente gremial ironizó: "¿Cuando asume? El 10, bueno, hasta el 11 lo esperamos".
Sobre la suba del piso del impuesto a las ganancias, Moyano aseguró que "eso ya fue anunciado en su momento" por el líder de Cambiemos, "que iba a haber una ley a partir del año que viene".
En tanto, por la mañana Triaca se reunió con el secretario general de la CTA Autónoma, Pablo Micheli, a quien le garantizó un "funcionamiento regular de espacios de debate y trabajo con las centrales sindicales".
La organización gremial resaltó que haya sido el futuro ministro de Trabajo el que llamara para coordinar el encuentro. "Se le plantearon todas las diferencias que pueden tener, pero saludaron muy positivamente que se hayan acercado. Después de diez años que nos negaron, tener este gesto, ahora, se toma positivamente", indicaron allegados al dirigente sindical.
Entre los planteos que le hizo Micheli a Triaca se destacaron "la necesidad de replantear el salario mínimo, vital y móvil; la posible disparada del dólar que repercute en los precios; y elevar el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias".
Asimismo, le manifestaron "la preocupación por la criminalización de la protesta y la necesidad de derogar la ley Antiterrorista".
La unificación de la CGT aún tiene que esperar
Referentes de la CGT oficialista buscaron ayer, sin éxito, convencer de sumarse a la unificación de la central obrera al secretario general, Antonio Caló, y otros dirigentes que aún no participaron de ese proceso debido a la resistencia que genera en algunos de ellos la figura de Hugo Moyano.
En la reunión, que se realizó en el noveno piso de la sede de la UOM, al final se resolvió convocar a un plenario de secretarios generales de esta central para el martes 15, y allí cada dirigente definirá si irá o no a la cumbre de los referentes de ambas CGT para la reunificación, que se realizará dos días después.
Esta central quedó dividida en dos bandos: por un lado los "gordos" e "independientes", quienes buscan concretar lo antes posible la unidad y mantener una relación cordial con el nuevo gobierno de Mauricio Macri, y por otro lado quedó un grupo liderado por Antonio Caló (UOM), Ricardo Pignanelli (Smata) y Omar Viviani (Taxis), quienes resisten esta estrategia.
Tras el ballottage que consagró a Macri como próximo presidente, referentes de la CGT Azopardo y de la CGT oficialista retomaron los contactos para avanzar con la unidad y decidieron convocar a un plenario de secretarios generales para el jueves 17 en la histórica sede de la calle Azopardo.
Pero Caló, Pignanelli y Viviani, junto al grupo de gremialistas que este último lidera bajo la denominación Masa (Movimiento de Acción Sindical Argentino), no participaron de ninguno de estos encuentros.
Este sector apostaba a mantenerse al margen de este proceso ya que un eventual triunfo de Daniel Scioli los convertiría en el principal interlocutor con el gobierno, pero finalmente sufrieron el revés de que el candidato por el cual militaron activamente terminó derrotado.
El factor principal que genera la resistencia de estos dirigentes a la reunificación cegetista es la pésima relación que tienen con Moyano, especialmente Viviani, quien pasó de ser la mano derecha del camionero a enemigo público.
En ese contexto, sospechan que, en una CGT reunificada, Moyano volverá a ser el sindicalista estrella y principal interlocutor ante el gobierno, como en los años de Néstor Kirchner, gracias a la relación que trabó con Macri.
"¡Reunificación las pelotas!", bramó Viviani al ingresar a la reunión, ante una consulta acerca de si se iba a sumar al proceso de unidad con el moyanismo.
Y, a la salida del encuentro, el líder del gremio de taxistas mantuvo su postura contraria a la unidad con la CGT Azopardo: "El 15 (de este mes) se hará un plenario de secretarios generales y ahí se resolverá. El compañero que quiera ir a la cumbre (que se hará el 17 en la sede de Azopardo) que vaya", sostuvo.
Triaca quiere que Tomada lo asesore en la nueva etapa
El designado ministro de Trabajo del próximo gobierno, Jorge Triaca, anunció ayer su decisión de crear un “consejo asesor” conformado por actuales y ex funcionarios del área, y reveló que le solicitó al saliente titular de la cartera laboral, Carlos Tomada, que integre ese cuerpo.
Tras confirmar que “parte del equipo” que lo acompañará en su próxima gestión ya “está definido” y será dado a conocer “en los próximos días”, Triaca anticipó que les pedirá a “algunos” de los actuales funcionarios de Trabajo que “nos sigan dando una mano, porque creemos que hay gente de muchísima experiencia”.
Por otra parte, minimizó recientes expresiones de Hugo Moyano, quien lo calificó como “un pibe con entusiasmo al que le falta un poquito de experiencia”, y prefirió destacar la “voluntad de apoyo” del titular de la CGT Azopardo, tras definirlo como un “dirigente sindical de mucha relevancia”.
Triaca volvió a ponderar la “plena disposición” demostrada por Tomada durante la transición, actitud que calificó de “responsable y muy madura”.