Las médica cubana Hilda Molina reiteró ayer ante la presidenta Cristina Fernández el pedido para que "los cubanos podamos recuperar la familia y seamos libres sin tener que pedir permiso a nadie".
Las médica cubana Hilda Molina reiteró ayer ante la presidenta Cristina Fernández el pedido para que "los cubanos podamos recuperar la familia y seamos libres sin tener que pedir permiso a nadie".
Así lo explicó su nuera Verónica Scarpatti, luego de la entrevista que la jefa del Estado mantuvo con Molina y su familia durante una hora y diez minutos en la Casa de Gobierno.
"Fue una reunión muy cordial, muy familiar", dijo, al tiempo que aclaró que no se hablaron temas políticos y señaló que "la señora presidenta nos recibió como una madre".
Del encuentro en el despacho presidencial participaron, además de la primera mandataria y la médica cubana, su hijo Roberto Quiñones, su nuera Verónica, y sus nietos Juan Pablo y Roberto Carlos, y el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli.
Picadita. Durante la conversación, amenizada con café, bebidas y una picada, preparada especialmente para los dos chicos Quiñones, Molina le comentó a la presidenta sobre las dificultades de sus coterráneos para reunirse con sus familiares que viven fuera de la isla, y en este sentido le pidió a Cristina que realice gestiones para "que los cubanos seamos libres sin tener que pedir permiso a nadie".
Según Verónica Scarpatti, Cristina Fernández coincidió en la necesidad de avanzar en esa tarea.
La médica disidente cubana, quien durante 15 años intentó abandonar la isla caribeña para reunirse en Buenos Aires con su hijo, recién el jueves último obtuvo el permiso del gobierno castrista.
El motivo de la visa otorgada, que tiene un tiempo determinado de expiración, fue para visitar a su madre de 90 años, Hilda Morejón, quien se encuentra internada en grave estado en el hospital Tornú de la Capital Federal.
La médica se reencontró el domingo con su familia que reside en Argentina. El día anterior, Cristina Fernández había recibido en la residencia de Olivos a Roberto Quiñones, su esposa y sus hijos.
Larga espera. En 1994 Hilda Molina solicitó a las autoridades cubanas el permiso de salida para viajar a Argentina, lo que le fue negado reiteradamente hasta el pasado jueves.
Este caso provocó tensiones entre los gobiernos de Cuba y Argentina. El ex presidente Néstor Kirchner personalmente le pidió al líder cubano Fidel Castro que autorizara la salida de la fundadora del Centro Internacional de Restauración Neurológica (Ciren), tal como lo hizo posteriormente Cristina Fernández cuando accedió a la primera magistratura.
En 1994 Molina presentó su renuncia a todos sus cargos al frente de Ciren, a su banca en la Asamblea Nacional y a la militancia en el Partido Comunista de Cuba en protesta ante la política oficial dirigida a dolarizar la institución médica creada por ella.
Posteriormente, en octubre de 1996, Hilda Molina devolvió al ministro de Salud las condecoraciones que había recibido por sus servicios a la revolución cubana.
Antes de entrevistarse con la presidenta Cristina, la médica cubana habló para la agencia internacional de noticias AFP, donde desmintió prestarse al "chantaje" de Estados Unidos contra la isla, y calificó la denuncia de Fidel contra su persona de "exorcismo calumnioso y despiadado" contra su familia.