Mariana Barbitta, abogada del ex jefe del Ejército César Milani, reclamó ayer la "libertad o el arresto domiciliario" para el militar al advertir que "hay un montón de versiones" que alertan sobre falta "de seguridad" de su defendido en cualquier cárcel del país.
Además, la letrada exigió a la Justicia que emita una "resolución de mérito" sobre el caso al recordar que el ex jefe del Ejército está detenido desde el 17 de febrero pasado con una prisión preventiva y sin que se dicte su procesamiento.
"Hay un montón de versiones que dan vueltas por el tema de la seguridad de Milani. Por eso, tanto el juez federal de La Rioja (Daniel Herrera Piedrabuena) como el Servicio Penitenciario están atentos", enfatizó Barbitta.
El militar, acusado de haber cometido delitos de lesa humanidad durante la última dictadura, permanece desde el viernes en el Hospital Penitenciario Central (HPC) de la cárcel de Ezeiza para ser sometido a una evaluación psicofísica de rutina.
Según se estima, permanecerá alojado en ese establecimiento sanitario al menos hasta hoy, cuando la Justicia decidirá si ingresa en el pabellón para detenidos por delitos de lesa humanidad de la Unidad 31 de Mujeres, de Ezeiza.
Barbitta, respecto de cómo se puede superar la presunta situación de falta de seguridad de Milani, respondió: "La respuesta a eso es la libertad o un arresto domiciliario para evitar cualquier tipo de riesgo".
Luego confirmó que mañana tendrá una audiencia ante la Sala II de la Cámara Federal de Apelaciones para revisar el procesamiento de Milani por enriquecimiento ilícito.
En ese caso, la Justicia dispuso procesarlo porque Milani no pudo justificar sus gastos ni la compra de una casa en San Isidro en relación con sus ingresos como militar.
Barbitta insistió en señalar que sigue "trabajando para la liberación de Milani" y resaltó que, en el caso del militar, "no hay riesgo de fuga".
Milani quedó alojado en Ezeiza la semana pasada, tras haber sido arrestado en La Rioja el 17 de febrero por la causa que investiga las detenciones ilegales de Pedro Olivera y su hijo, en 1977, y de Verónica Matta, en 1976, cuando era subteniente del Batallón de Ingenieros de Construcción 141.
Además, tiene otras causas abiertas en Tucumán, donde fue procesado sin prisión preventiva por el encubrimiento del secuestro y la desaparición del conscripto Alberto Ledo (1976).