El detenido ex jefe del Ejército César Milani aseguró ayer que "nunca" torturó, secuestró, ni mató en su vida, al negar su participación en el secuestro de Pedro Olivera y su hijo Ramón en 1977 ocurrido en La Rioja y atribuyó "intencionalidad" y "oportunismo político" a la acusación por delitos de lesa humanidad formulados en su contra.
Así lo expresó en el marco de una extensa declaración que realizó ayer en el marco de la segunda audiencia del juicio oral y público que se sustancia en La Rioja por hechos sucedidos cuando él se desempeñaba como subteniente del Batallón de Ingenieros de Construcción 141 de esa provincia, y por los que también están imputadas otras doce personas (ver aparte).
"No soy el genocida que intentaron inventar los grupos mediáticos, tampoco soy el jefe del ejército que planearon esos poderes", sostuvo Milani y agregó: "Jamás produje un daño a un argentino. Estoy de pie, seguro de mi total inocencia, vistiendo este uniforme. Jamás lo deshonré".
Y se preguntó: "¿Quiénes son los que me denuncian? Estos poderes fácticos que manejaron y manejan el país y que ¡oh sorpresa!, ellos y sus familias son los que han lucrado y enriquecido a la sombra de la dictadura militar. Hace falta nombrar a la familia Macri, a la familia Magnetto y tanto más".
En su exposición, que realizó sin esposas y con uniforme militar, dijo: "Si yo no le hubiera dicho que sí a Cristina (Fernández), no estaría sentado acá". Señaló que hubo "un oportunismo político" para acusarlo de delitos de lesa humanidad y recordó que "no hay ningún subjefe del ejército de La Rioja procesado o detenido por esto".
Milani describió como "imposibles" las circunstancias en las que, según la acusación, él estuvo supuestamente involucrado en el secuestro y las torturas que sufrieran tanto el ya fallecido Pedro Olivera como su hijo, Ramón, denunciante y testigo en este juicio.
Tras negar su participación en esos hechos y asegurar no haber conocido "nunca" a los Olivera, Milani afirmó tener "un profundo respeto por todas las víctimas del gobierno militar" y expresó "toda" su "solidaridad a la familia Olivera".
El ex jefe del Ejército durante la gestión de Cristina Kirchner se mostró conmovido al recordar a sus padres. "Yo no era el militar formal, no era el militar de pelo corto, no era el militar que no abraza a una chica". Y recordó sus orígenes peronistas. "Mi padre fue detenido en Córdoba porque fue candidato a intendente de Cosquín; mi suegro fue detenido en Buenos Aires porque fue diputado con Perón. Mi padre y mi suegro fueron detenidos, a mí me van a hablar de persecución", levantó la voz.
Milani también dijo que desde niño está vinculado al PJ. "Recuerdo cuando era chico, las reuniones de los dirigentes peronistas de Córdoba se hacían en mi casa; mi padre era presidente del partido peronista, y a mí me mandaban al portón para que avise cuando venía el patrullero".
"Yo mismo he estado preso por pintar la P y la V, y cuando entré al Colegio Militar lo hice creyendo que un militar podía intentar transformar a un ejército que, lo tengo que decir hoy con satisfacción y dolor... a un ejército que mira un poco más a las élites que a su pueblo, transformar en un ejército que tendía a lo nacional y popular", manifestó.
Milani señaló que "nunca" en sus "45 años de servicio" vio a "un oficial de servicio —la función que cumplía en el momento de los hechos investigados— salir de una unidad para cometer una actitud demencial como un abandono de servicio, que estaba penado con la destitución, para ir a detener a una persona que no conocía".
"Nunca en mi vida torturé, secuestré, ni maté", acotó el militar.
Milani está detenido en Campo de Mayo, fue trasladado a para el juicio en un avión de Aerolíneas Argentinas, y en medio de un fuerte operativo de seguridad fue llevado en helicóptero al Regimiento Mecanizado de Ingeniería Nª 15, donde permanecerá alojado hasta su regreso a Buenos Aires.
La carta
Durante su declaración, César Milani leyó una carta escrita por la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini. “Sé que no es fácil el encierro, pero cuando un hombre es libre como vos no existen los muros, un abrazo, Hebe de Bonafini”, leyó emocionado el militar. En ese momento, una mujer comenzó a gritar “traidora”, en alusión a Bonafini. Y el juez pidió que la retiren de la sala. “Pero es una madre de Plaza de Mayo”, gritaron otras personas. El juez dijo: “Lo advertí. No voy a tolerar este tipo de manifestaciones. De lo contrario las próximas audiencias serán sin público”.