La detenida dirigente social jujeña Milagro Sala aseguró ayer, en el inicio de un nuevo juicio oral en su contra, por supuestas amenazas a policías en 2014, que se trata de un proceso "político" con el que "sí o sí" buscan condenarla.
La detenida dirigente social jujeña Milagro Sala aseguró ayer, en el inicio de un nuevo juicio oral en su contra, por supuestas amenazas a policías en 2014, que se trata de un proceso "político" con el que "sí o sí" buscan condenarla.
"Este juicio es una payasada, yo nunca amenacé a nadie", aseveró Sala en el inicio del debate por un hecho ocurrido en octubre del 2014, cuando, según la acusación, habría amenazado telefónicas a personal de la comisaría 56, del barrio Alto Comedero de la capital provincial.
"Me quieren sí o sí con una condena", dijo la líder de la agrupación Túpac Amaru en la sala de audiencias, y agregó: "Siempre he puteado, y todos lo han hecho alguna vez, pero nunca fue parte de mi léxico decir «voy a poner una bomba»", sostuvo la dirigente en referencia a acusaciones en su contra.
La dirigente social se consideró psicológicamente "destruida", y tildó de "político" al nuevo juicio en su contra al señalar una serie de irregularidades que, a su criterio, fueron cometidas en el marco del expediente. Al respecto, indicó que la jefatura de la seccional 56, única querellante, fue patrocinada inicialmente por los abogados Gastón Morales, hijo del gobernador Gerardo Morales, y Luciano Rivas, actual secretario de Gobierno de Jujuy.
Sala les pidió a los jueces que no se dejen "avasallar" por Morales, y el presidente del tribunal le aseguró la "independencia" de su obrar.