El Senado continuaba debatiendo esta noche el proyecto de legalización del aborto, en un escenario favorable al rechazo y la votación está prevista para después de la medianoche, posiblemente alrededor de la una de la madrugada.
Horas antes de la votación, el "poroteo" arrojaba 31 votos a favor de la iniciativa, 38 en contra y las abstenciones anunciadas por el santafesino Omar Perotti y la neuquina Lucila Crexell, que impulsan sendos proyectos de despenalización, mientras que —como estaba previsto desde hacía varias semanas— hay una ausencia que es la de la puntana María Eugenia Catalfamo, en licencia por embarazo, quien dijo que de haber estado presente hubiese respaldado la norma.
Los senadores a favor de la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo bajaron al recinto ya resignados a una probable derrota, debido a la diferencia de votos entre ambas posturas.
En ese contexto, circuló durante toda la tarde la versión de que Crexell y Perotti intentarían que se tratara, luego del rechazo, un proyecto que despenalizara esa práctica médica, para que la sesión no concluyera con un rechazo cerrado y se diera al menos un avance hacia el reclamo de los colectivos femeninos.
Sin embargo, varios de los principales defensores de la legalización dieron por descartada esa posibilidad desde temprano y dejaron ver su bronca porque, luego de haber propuesto cambios a la iniciativa original, quienes rechazan el proyecto no ofrecieron ninguna alternativa más que la negativa.
"No creo que haya margen para otra cosa, me parece que vamos a matar o morir. Que cada uno se haga cargo de lo que vota", expresó un senador de Cambiemos a favor de la legalización.
Sin embargo, Perotti insistió en su postura cuando pidió tratar inmediatamente después de la votación su iniciativa de despenalización, tras señalar que intentaba "tender un puente donde se miren los que están en un extremo y los que están en el otro".
Crexell hizo lo mismo y señaló que la ausencia de un punto intermedio que permitiera algún tipo de avance en la materia por parte del Senado constituía "el fracaso de la política".
Durante toda la sesión los discursos ofrecieron conceptos similares: quienes respaldaron la legalización remarcaron que el reclamo continuará pese al rechazo porque el tema es "imparable" y aquellos que se opusieron machacaron sobre la idea de que, a partir de este debate, se deberá trabajar más intensamente en educación sexual.
Así, el concepto general de la sesión es que el debate sobre el aborto quedó instalado en la sociedad y que el Congreso deberá volver a abordarlo en algún momento, desde un enfoque u otro.
Quienes se opusieron a la legalización insistieron en que el proyecto es "inconstitucional" y violatorio de los tratados internacionales a los que suscribió la Argentina, mientras que los senadores a favor machacaron en el hecho de que se trata de un problema de "salud pública" y que la discusión "no es aborto sí o aborto no, sino
aborto legal o clandestino".