Durante las decenas de sesiones que tuvieron lugar el año pasado en la Cámara alta hay varios
legisladores que no pronunciaron ni una palabra sobre los temas que se trataron, y otros que no
dejaron de expresar su opinión. El ex gobernador Carlos Reutemann figura entre los que menos
hablaron en el Senado de la Nación.
El senador Gerardo Morales fue quien más habló el año pasado en las
sesiones de la Cámara Alta, en tanto cinco legisladores, entre ellos el ex presidente Carlos Menem,
calló en todas.
Morales, titular del radicalismo, no dejó de expresar con vehemencia sus
opiniones, y para ello empleó 42.205 palabras, tarea en la cual estuvo respaldado por el titular de
su bloque, el mendocino Ernesto Sanz, quien pronunció 22.150 y se ubicó en el quinto lugar del
ranking elaborado por el Semanario Parlamentario, basado en las versiones taquigráficas del Senado.
Parlanchines. El segundo puesto entre los más “parlanchines” fue el ahora
gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, con 36.496 palabras, quien era el miembro informante del
oficialismo en todos los temas económicos.
Sus exposiciones eran una catarata de cifras que demostraban su
versación en la materia, pero también eran una tortura para los legisladores poco amantes de los
números.
La tercera posición la ocupó el titular del bloque oficialista, Miguel
Angel Pichetto, quien en las sesiones defiende y fija las posiciones políticas del kirchnerismo,
con 35.934 palabras, seguido en el cuarto puesto por el socialista Rubén Giustiniani, con 24.938.
En el otro extremo estuvieron Carlos Menem, el tucumano Ricardo Bussi,
el catamarqueño Oscar Castillo, el neuquino Sergio Gallia y el santiagueño Mario Mera, quienes no
tuvieron nada para decir, y estuvieron todo el año con la boca cerrada.
Un caso curioso lo protagonizó Carlos Reutemann —conocido por su
parquedad— quien solamente habló en dos ocasiones, para pronunciar en cada una de ella una
sola y misma palabra: “afirmativo”, ante sendas preguntas del presidente del cuerpo.
El ex gobernador santafesino al menos le ganó a la radical correntina
María Dora Sánchez, quien también pronunció la palabra “afirmativo”, pero en una sola
ocasión.
La menor actividad del Senado el año pasado quedó reflejada en la
cantidad total de palabras pronunciadas en el recinto, que fueron 433.886 en 2007, contra 1.016.789
en 2006.