En modo garante de la pureza de Juntos por el Cambio, Mauricio Macri vendrá este jueves a Rosario para mandar un mensaje a varias bandas y tratar de reafirmar su lugar en un escenario político abierto y que podría darle una nueva oportunidad.
Por Mariano D'Arrigo
Foto: Marcelo Bustamante / La Capital
El ex presidente Mauricio Macri desconfía de la apertura de Juntos por el Cambio hacia otros espacios.
En modo garante de la pureza de Juntos por el Cambio, Mauricio Macri vendrá este jueves a Rosario para mandar un mensaje a varias bandas y tratar de reafirmar su lugar en un escenario político abierto y que podría darle una nueva oportunidad.
Por ahora, el ex presidente tiene pautadas sólo dos actividades públicas. Al mediodía irá a la Fundación Libertad, el think tank liberal donde el antecesor de Alberto Fernández juega de local. A las 14 participará del congreso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) en el salón Metropolitano.
Allí Macri le hablará a otra tribuna amigable sobre cómo ve el presente y el futuro de un sector con permanentes cortocircuitos con el peronismo, su mirada del mundo, y, por supuesto, de una coyuntura política donde el combo de herencia endiablada, shocks externos y la mala praxis del Frente de Todos le permiten recuperar una centralidad impensada tres años atrás.
En algún momento del día Macri podría encontrarse con la dirigencia local del PRO, donde un grupo no menor lo sigue teniendo como principal referencia política. “Tenemos figuras importantes como Horacio (Rodríguez Larreta), Patricia (Bullrich), (Facundo) Manes, (Gerardo) Morales y (Miguel) Pichetto, pero el conductor de Juntos por el Cambio es Mauricio”, dijo a La Capital el presidente del PRO santafesino, Cristian Cunha.
Y agregó: “Que sea o no candidato dependerá de él y de la coyuntura, pero es el que garantiza que la oposición esté unida y el que plantea lo que hay que hacer, aunque sea incómodo”.
A fines de la semana pasada, Rodríguez Larreta también vino a Rosario para estrechar lazos con los caciques locales de Juntos por el Cambio y, a diferencia de Macri, se mostró más dispuesto a abrir el juego a otros espacios opositores.
Con la cumbre mundial contra el cambio climático C40 como excusa, el jefe de Gobierno porteño se reunió con el intendente rosarino Pablo Javkin -una figurita que todos quieren sumar a su álbum- y compartió una cena con dirigentes de distintas tribus de la UCR y el PRO. Allí Larreta dio luz verde a ampliar, pero puso sobre la mesa dos cláusulas.
“Horacio dijo que antes de hablar de cualquier otra cosa hay que fortalecer nuestra coalición, y que a partir de ahí se determinen las reglas para armar un Juntos por el Cambio ampliado, que debe tener una referencia nacional. Él remarcó que no se puede cambiar la provincia si no se cambia el país”, dijo a este diario un dirigente que participó de la cena con Larreta, que se mostró activo en la ciudad.
>> Leer más: "Con unidad y un plan es posible ganar en Santa Fe y la Argentina"
El alcalde porteño aprovechó el viaje relámpago a Rosario para visitar la Bolsa de Comercio y reunirse con Maximiliano Pullaro y el jefe de los fiscales, Jorge Baclini, una foto que levantó mucha polvareda durante el fin de semana.
Lo cierto es que el refuerzo de la marca Juntos por el Cambio y la intención de atar el armado provincial al nacional complica la negociación con el socialismo y con Javkin, que apuntan justamente a lo contrario.
El PS y el intendente quieren desenganchar ambas discusiones y centrar la negociación en una “gran Paso opositora” o un “frente a la santafesina”, con fuerte impronta local, pero no quieren saber nada con ponerse la camiseta de Juntos por el Cambio.
“En Juntos por el Cambio vas a tener distintas variantes para apoyar, y además no se puede pensar igual en la provincia y diferente en lo nacional. En la cena Horacio dijo algo que también repite Mauricio: hay que juntarse para gobernar, no para ganar una elección, y tener un plan. Sino te pasa lo mismo que al Frente de Todos”, deslizó un dirigente.
Eso no significa que se suspendan las conversaciones bilaterales. En las últimas horas dirigentes del PRO se reunieron con enviados del PS para charlar sobre la cena con Larreta y cómo ven el futuro cercano. “Somos los que menos nos conocemos, pero ni ellos creen que somos una derecha radicalizada ni nosotros creemos que ellos sean unos troskos, tenemos más coincidencias que diferencias”, señalaron desde el campamento amarillo.