El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, aseguró hoy que “es imposible” que
la Justicia lo condene en la causa por escuchas ilegales en la que se encuentra
procesado, y afirmó que Néstor Kirchner quiere verlo “dañado” para los comicios
presidenciales de 2011 “para poder pelear en una elección en la que no tiene ninguna
posibilidad”.
Por otra parte, se lamentó de que los diputados del Peronismo Federal Francisco de Narváez
y Felipe Solá hayan tenido “una posición cauta”, y resaltó que, por el contrario,
cuando el año pasado se vinculó al primero de ellos con una causa por tráfico de
efedrina, él salió en su apoyo porque “con las cosas que creo, me la juego, no
especulo. Cada uno tiene su visión de qué le conviene más para su carrera
política”.
Consultado respecto de si es “más molestia para Kirchner” que el
vicepresidente Julio Cobos, Macri respondió: “No sé si más o menos, pero la verdad,
debe estar muy preocupado. Si no me fuese bien, no pasaría absolutamente nada. En las últimas
semanas, en las encuestas uno de los que está mejor posicionado soy yo, y eso es un
peligro para él”.
Precisó que Kirchner “prefiere que todos los que vamos a ser candidatos lleguemos
dañados, de alguna manera, para poder pelear en una elección en la que no tiene ninguna
posibilidad”.
En otro orden, en declaraciones a las radios Diez y Continental, negó estar analizando
exponerse a un juicio político en la Legislatura capitalina para “salir
fortalecido” ante una eventual victoria, gracias a que su partido, PRO, cuenta con la
primera minoría en el cuerpo.
Cuando se le preguntó si, en caso de ser declarado culpable, su carrera política está
terminada, contestó: “Por supuesto. Si fuese culpable, no hay ninguna duda, pero estoy
tranquilo porque es imposible”.
Macri remarcó que su objetivo ahora es el lunes próximo reunirse con sus abogados para
“ver si se puede acelerar o no el juicio oral” de la causa por escuchas ilegales
en la que está procesado, aunque reconoció que esa posibilidad “depende mucho del
juez” federal Norberto Oyarbide, quien, dijo, “hasta ahora ha hecho todo lo
posible para complicarme la vida, no para esclarecer la verdad”.
Para el líder de PRO, “sería maravilloso” que se realizara en un corto plazo
su juicio oral: “Vamos a ver si el juez, que ya está pensando en jubilarse, no se
quiera ir rápido antes de que la verdad se sepa”.
“Cuando se sepa la verdad, van a tener mucho que explicar el juez y los tres
camaristas (Jorge Ballestero, Eduardo Freiler y Eduardo Farah) que han firmado esto.
Realmente es una aberración, es un cuentito en el que no hay una sola prueba. En ese fallo
hay por lo menos quince mentiras concretas”, continuó.
El jefe de Gobierno indicó que “en la Legislatura hay algunos que realmente quieren
ayudar a esclarecer la verdad y otros que se tientan por el oportunismo político e intentan
sacar ventaja de esto, sin darse cuenta de que acá lo grave de fondo es el daño
institucional en el que hemos caído, a partir del cual una persona como Néstor Kirchner puede
lograr tener tanto poder”.
“Si este tema no estaba direccionado... Desde el primer día, en vez de investigar al
jefe de (el espía Ciro) James en la (Policía) Federal, que se presentó espontáneamente, la
Cámara lo cita para confirma cuál era el sueldo de James en la Federal. No le dice a
Oyarbide 'por qué no investiga qué hacía James en la Federal los seis últimos años'. No, no
lo investigan”, se quejó.
Según Macri, “estamos en un país donde una Cámara es capaz de escribir como sustento
de un fallo opiniones de opositores que no están basadas en ninguna prueba”.
Empero, remarcó que “si lográsemos cualquier otra instancia de investigación que
demuestre que todo lo que decimos, que este fallo no tiene absolutamente una prueba concreta
que vincule mi persona al señor James y sus escuchas, sería mejor”.
“Es la Argentina en que estamos, en la cual me tocará a mí ser el que intente
recuperar el valor de los derechos constitucionales y la igualdad ante la ley. Así como
estamos, da una sensación de impotencia y de vulnerabilidad absoluta”, evaluó.
Dijo que “tenemos un sistema institucional frágil, débil, donde hay un señor (por
Kirchner) que ha acumulado tanto poder que permite, desde la vulnerabilidad moral de algunos
jueces, presionarlos y lograr que le liberen los requerimientos ilícitos y ataque a
aquellos que ponen en riesgo su continuidad en el poder”. (DyN)