Miguel Lifschitz sabe que el domingo próximo también se plebiscita su gestión, aunque lo niega. Competirá por la senaduría del departamento Rosario pero, a la vez, estará pendiente de la performance de Mónica Fein, al fin, la elegida para sucederlo al frente del Palacio de los Leones. Relajado, el intendente visualiza una importante diferencia de la postulante, reivindica las gestiones socialistas y se muestra sorprendido por las promesas "incumplibles" que lanzan muchos de los candidatos.
En una entrevista con LaCapital, Lifschitz le resta posibilidades a una candidatura suya a vicepresidente de la Nación y revela que su intención es tener a Hermes Binner como postulante a la jefatura del Estado. Comenta las últimas encuestas, hace un análisis rápido de lo que puede suceder en la interna del Frente Progresista a gobernador y rechaza acusaciones sobre una campaña sucia proveniente del socialismo.
-¿Qué cree que sucederá el domingo de acuerdo a lo observado en la campaña?
-Estoy muy conforme y tranquilo; hemos logrado el objetivo de tener una muy buena candidata en rosario y de haberla rápidamente instalado en la opinión pública. Ahora Mónica Fein tiene una alta intención de voto, que nos permite pronosticar un triunfo cómodo y contundente dentro de la interna del Frente Progresista. Además, creo que será la candidata más votada individualmente entre todas las listas. Creo que la nómina a senador que encabezo en el departamento Rosario hará una diferencia bastante abultada a mi favor, y tal vez a concejal haya una distribución más proporcional y equitativa. Se ve aquí el efecto del nuevo sistema de votación, sobre todo en los cargos legislativos.
-En otras circunstancias, sin boleta única, el candidato a intendente hubiera arrastrado a los postulantes a concejal y el postulante a gobernador a la listas de candidatos a legislador provincial.
-Exacto, en general las campañas se centraban en los cargos ejecutivos; los legislativos acompañaban. Incluso yo no recuerdo nunca quiénes fueron los candidatos a senador por el departamento Rosario porque siempre iban atrás de la lista del gobernador. En este caso hay que hacer campaña, poner en juego cada una de las cabezas de lista.
-¿Con Fein se juega la reelección de su proyecto?
-No es la reelección de mi proyecto, hay un proyecto del socialismo en Rosario, que tiene muchos años y que ha ido adquiriendo nuevas improntas. Mónica será una gran exponente de ese proyecto colectivo, va a representar renovación y nuevo impulso para el proyecto del socialismo en la ciudad. Si bien podemos tener fortalezas y debilidades, hay una opinión mayoritaria en la ciudad respecto a que el socialismo garantiza buen gobierno, transparencia, diálogo y respeto a las instituciones. Esos son valores muy importantes. Mónica es muy cercana a mí, es probable que buena parte de mi equipo la siga acompañando, pero hay otros artífices de este proyecto. No soy el único artífice de este proyecto.
-Boasso denunció una campaña sucia en contra de su persona.
-Esta ha sido una campaña muy limpia, a diferencia de otras anteriores en las que hubo más violencia verbal. De parte nuestra, ninguno cuestionó ni difamó. En absoluto.
-En las campañas a intendente los candidatos abordan desde el tema de las cloacas hasta el de la inseguridad. ¿Escuchó muchas promesas impracticables?
-Muchas, sí. Hablar de que el intendente va a ser el jefe de la policía es una promesa imposible de cumplir, por lo menos mientras no se reforme la Constitución y no se cree una policía municipal. O venderles a los rosarinos que un intendente puede resolver los problemas de seguridad. Uno puede asumir tareas y responsabilidades, pero un intendente no puede por sí solo resolverlo sin una coordinación con la Nación y la provincia. Escuché hablar de túneles, de subtes. De proyectos inviables para la ciudad. Además algunos prometen cosas que ya están hechas, que están funcionando. La gente escucha todo pero tiene buen criterio para separar la paja del trigo. Lo difícil no es tener buenos proyectos sino llevarlos a la práctica. Nosotros somos un buen ejemplo de promesas que se convirtieron en realidad. Hace muchos años iniciamos el proceso de descentralización municipal y parecía una utopía, y hoy están los seis centros funcionando. Lo mismo con la salud, la cultura, el turismo. Inicié mi gestión con 3.500 plazas hoteleras y hoy hay 9 mil y siguen creciendo. Nadie pensó que Rosario iba a ser una ciudad turística.
-¿Vislumbra un ganador claro en la interna entre Giustiniani y Bonfatti?
-No tengo datos de la provincia, hay distintos valores. En Rosario creo que hemos pasado de una diferencia a favor de Giustiniani que teníamos 45 días atrás, a una situación de paridad hace 15, y hoy nuestras encuestas les dan una ventaja más clara a Bonfatti. Es posible que esa tendencia se consolide por estas horas.
-¿Podría ser usted candidato a vicepresidente de la Nación en una fórmula encabezada por Alfonsín?
-Es una propuesta fuera de la realidad de este momento; claramente la figura nacional del socialismo es Binner. Es nuestra carta para jugar en el escenario nacional como candidato a presidente. Evidentemente la realidad de la interna santafesina dilató esa posibilidad y obligó a posponerla en el tiempo, pero el anhelo es que él encabece una propuesta nacional.
-Usted quiere que Binner sea candidato a presidente y no que vaya de número dos de Alfonsín.
-Correcto. Salvo que ser dos de alguien signifique la construcción de un proyecto creíble, confiable y sólido desde el punto de vista programático. Pero esto no se observa en la realidad nacional, al menos por ahora.