El financista arrepentido del banco JP Morgan que entregó datos a la Justicia casi 5 años atrás sobre las cuentas off shore de ricos y famosos argentinos, que incluirían fondos no declarados producto de la evasión, se refirió por primera vez a las denuncias por lavado de dinero contra el empresario kirchnerista Lázaro Báez que sacudieron a la opinión pública la última semana.
Aunque no opinó sobre la veracidad de los testimonios publicados el domingo pasado en el programa de Jorge Lanata en Canal Trece, del Grupo Clarín, el ex banquero Hernán Arbizu reclamó que el juzgado a cargo de Sergio Torres descongele la investigación que se inició a partir de sus revelaciones y que publicó el mismo periodista en el diario Crítica de la Argentina en junio de 2008.
"Mi denuncia fue con pruebas, pero la Justicia no avanzó contra Clarín ni contra ninguno de los titulares de esas cuentas secretas", dijo en exclusiva a La Capital.
Hernán Arbizu era un exitoso corredor, de esos que en la jerga de Wall Street se hacen llamar private bankers, que administran en secreto fondos millonarios de magnates y empresas.
La codicia y la presión de sus superiores en JP Morgan lo llevaron a montar a principios de 2008 una estafa piramidal al estilo de la de Bernie Madoff, cuando empezó a sustraer dinero de las cuentas de algunos de sus clientes para pagar los astronómicos intereses que les prometía a otros. Descubierto en uno de sus viajes a Paraguay, donde "atendía" a narcos y contrabandistas, fue acusado de robo por el propio banco y enfrentó un pedido de extradición de EEUU.
Decidió refugiarse en Buenos Aires y prender el ventilador: así blanqueó la mecánica a través de la cual el JP Morgan ayudaba a lo más selecto del establishment local a mantener su capital bien lejos del país y del alcance de la Afip.
Su autodenuncia sirvió para que la Justicia allanara la sede porteña del banco y para que el público conociera esa lista de grandes fugadores. Entre ellos, el Grupo Clarín y sus principales accionistas. El caso fue publicado por primera vez por Jorge Lanata en el diario que fundó en 2008 y que cerró en 2010, justo antes de su incorporación al holding de la trompeta.
Ahora Arbizu denuncia que la Justicia demoró la investigación. "Sé que el juez Torres fue objeto de mucha presión. El delegado del FBI en la Argentina, funcionario de la embajada, fue a verlo para decirle que no me crean porque tengo pedido de captura de Estados Unidos. Y los abogados del banco también fueron a verlo con la orden de captura", dijo. Y agregó: "La causa está totalmente parada. Yo fui detenido y excarcelado después de mi autodenuncia, pero soy un perejil. No fue citado a declarar ninguno de los responsables del JP Morgan en Argentina ni de los titulares de las cuentas cuyos comprobantes yo entregué".
En esos comprobantes (ver lista adjunta) figuran empresas y empresarios cercanos al gobierno nacional, como Pampa Holding (de Marcelo Mindlin) y Consultatio (de Eduardo Constantini, el desarrollador de Nordelta), pero también del Grupo Clarín y sus principales accionistas, como Héctor Magnetto, José Antonio Aranda y Ernestina Herrera de Noble.
"Entre la empresa y sus accionistas tenían no menos de U$S 200 millones depositados en JP Morgan. Yo incluso coordiné reuniones en el hotel Four Seasons con ellos para ofrecerles productos de ahorro offshore, que eran ilegales", precisó ante este diario.
El financista dice haber visto pasar dinero de empresarios, futbolistas y gente del espectáculo, pero nunca de políticos de forma directa. "Sé que los políticos también tienen plata afuera, pero no sé dónde la tienen", se sinceró. De todos modos, supone un entramado común a todos. "Durante mis años en JP Morgan, el Deustche y el Citi, en Buenos Aires y en Wall Street, vi cuentas de argentinos por más de 20 mil millones de dólares. Y el 95 por ciento de las cuentas eran producto de evasión impositiva", estimó.
"El principal ilícito involucrado acá es la evasión. Para Estados Unidos el problema del lavado es que el dinero provenga del narcotráfico, pero para un país como Argentina es la evasión. La constitución de las sociedades offshore y de las cuentas que yo administré refleja que siempre se hacen para no declarar fondos en el país", opinó Arbizu.
En su nota de 2008, titulada "La redención del pirata Morgan", Lanata publicó el detalle de las cuentas de Clarín, de sus accionistas y de "sus familiares y empresas conocidas del grupo", que entregó Arbizu con sus respectivos comprobantes. También informó que la Justicia había allanado los tres pisos que ocupaba el JP Morgan en un rascacielos del barrio porteño de Catalinas. De ese allanamiento, se supo luego, la Justicia se llevó 40 cajas con documentación sobre cuentas secretas por cerca de 5.000 millones de dólares de una multitud de ricos y famosos, incluidos popes del grupo multimediático.
"Con ese material había para procesar a decenas de tipos por delitos de diversa índole. Pero el juzgado no citó siquiera a María Laura Tramezzani, la encargada de conseguir clientes para el banco, que hoy sigue haciendo lo mismo desde Santiago de Chile", protestó el arrepentido.
El testimonio de Arbizu sugiere que para la cobertura de la fuga ilegal de divisas durante su carrera en la banca hubo colaboración de autoridades argentinas y nexos espurios con el poder financiero internacional. "Todas las normas de estricta confidencialidad que imponen los bancos de inversión a sus banqueros privados son por algo. A nosotros nos mandaban un mail antes de cada inspección supuestamente sorpresiva del Banco Central para que en la semana de las inspecciones no aparezcamos por la oficina", contó a este diario. Resta ver si la Justicia demuestra que no es parte de esa red de complicidades.