Roxana Latorre vivió ayer un día de protagonismo nacional. Su retaceo a prestar apoyo al arco
opositor para destituir a la presidenta del Banco Central posibilitó que el oficialismo se anote
otra victoria en la Cámara alta. Pero la senadora santafesina fue más allá y acusó, sin dar
nombres, que anida en muchos de sus colegas del Congreso un “espíritu golpista”.
En verdad, la actitud de ayer de Latorre no fue una sorpresa.
La Capital dio cuenta hace una semana de que la legisladora rosarina, en el tema de las
reservas del BCRA, no estaba cerradamente alineada con la oposición. Además, venía precedida de un
dato no menor: haber aportado a favor del kirchnerismo la firma al despacho que habilitó la
delegación de facultades extraordinarias (superpoderes) al Ejecutivo. Esto sucedió días después de
las elecciones y detonó el alejamiento con Carlos Reutemann.
La posición de Latorre también desnudó la fragilidad de la oposición,
que no logró tampoco en el Senado el número suficiente para rechazar el pliego de Marcó del Pont.
“No siempre vamos a reunir los 37 votos”, se sinceró el jefe de la bancada radical,
Gerardo Morales.