Las punzantes acusaciones del gobernador Hermes Binner contra la Corte Suprema de Justicia santafesina desencadenaron una nueva guerra política con profundas ramificaciones en el ámbito judicial.
Las punzantes acusaciones del gobernador Hermes Binner contra la Corte Suprema de Justicia santafesina desencadenaron una nueva guerra política con profundas ramificaciones en el ámbito judicial.
Ayer, el presidente del bloque de senadores del Partido Justicialista, Ricardo Spinozzi, dijo que “resultan inadmisibles” los dichos del socialista sobre la Justicia provincial ya que “él mismo debería, por el cargo que ocupa, hacer cumplir los mecanismos institucionales para que, de ser necesario, se abran procesos de juicio político o los que sean adecuados para cumplir con la ley y la Constitución”.
No fue el único. María del Carmen Alvarez, presidenta del Colegio de Magistrados, también utilizó el argumento de Spinozzi, al tiempo que el Colegio de Abogados de Rosario se mostró “conmocionado” por la situación. Como floritura al escándalo, el ex juez Carlos Fraticelli ahora quiere debatir con Reutemann.
“Se preocupa el gobernador por un presunto nombramiento de parientes y se olvida que el Partido Socialista, primero en la Municipalidad de Rosario y ahora en el gobierno provincial (e incluso en el Poder Judicial) ha hecho de la designación de familiares una costumbre reiterada y excesiva”, dijo Spinozzi, cruzando a Binner por las denuncias del lunes.
“La verdad es que si yo fuese juez o miembro de la Corte Suprema de Justicia, ante esta realidad (que plantea el nuevo fallo del caso) presento mi renuncia. Es la única salida ética que tiene una situación de tal gravedad como la que está viviendo la provincia en estos momentos”, dijo Binner, quien también sostuvo que la Justicia provincial está “amañada”, aseguró que muchos funcionarios fueron designados en el pasado por un “contubernio” entre el poder político y el judicial y sostuvo la necesidad de defender la independencia de los tres poderes del Estado.
“Habla Binner de jueces en edad de jubilarse y fue él mismo quien, con un magro aval de votos afirmativos, ya que varios de sus propios legisladores decidieron abstenerse, impulsó la cuestionada candidatura de Edgardo Bistoletti para defensor del Pueblo, quien es ni más ni menos que un magistrado que acaba de retirarse y de quien se levantaron numerosas denuncias sobre pase al archivo de varias causas que cuestionaban el accionar del propio Binner como intendente de Rosario, en un extraño caso de pago de presuntos favores políticos”, arremetió Spinozzi.
Ayer tanto el gobernador como los demás funcionarios de la administración hicieron silencio, en una estrategia que pareció ser ordenada desde lo más alto de la Casa Gris. La bomba ya había detonado. “Sería lamentable que un caso que ha calado tan hondo en la sociedad santafesina y de todo el país como el de la familia Fraticelli sea utilizado como herramienta para la descalificación a otro poder del Estado”, continuó.
Para él, Binner se pone en crítico cuando la “inacción de su gobierno y el capricho por un amañado Consejo de la Magistratura está dejando al Poder Judicial al borde del colapso por la enorme cantidad de vacantes que no se han cubierto. Insisten en complicar la puesta en marcha del Código Procesal Penal que ya tendría que estar funcionando con los juicios orales, agregando más y más delitos para que se juzguen por el nuevo método”.
Mientras se espera para hoy la respuesta de los integrantes de la Corte, Spinozzi dijo que el gobernador ofrece “cátedra de independencia, pero sólo basta recordar cómo se nombró al primer juez de su gestión en una Asamblea Legislativa que fracasó porque los bloques oficialistas no ingresaron al recinto, enviando a las Cámaras al abogado que había quedado cuarto en el escalafón: un conocido allegado al titular de la UCR de Venado Tuerto”, dijo el senador antes de acusar al mandatario de poner en peligro la convivencia política.
Por María Laura Cicerchia
Por Hernán Lascano