La presidenta Cristina Fernández aprovechó ayer su discurso de apertura al 126º
período de sesiones ordinarias del Congreso nacional para proponer la construcción de un Acuerdo
del Bicentenario, que incluye consensos sobre el área económica nacional y regional, de
infraestructura, energía, educación y desarrollo social.
En ningún momento mencionó la inflación o la crisis por las
papeleras (ver aparte). En el tema seguridad, otro de los grandes problemas del país,
responsabilizó a la Justicia.
El denominado Acuerdo del Bicentenario que propuso a la
Asamblea Legislativa también incorpora la meta de "llegar al 2010 con un dígito de pobreza".
Cristina hizo, además, una serie de anuncios: una línea de
créditos para las pequeñas y medianas industrias a través del Banco Nación, un programa educativo
para adultos, además de un plan de atención a los casos de cardiopatías congénitas infantiles y el
retorno del sistema de salud escolar.
La presidenta defendió el gobierno de su marido, Néstor
Kirchner, y apuntó que piensa continuar por la senda de "un modelo de acumulación de matriz
diversificada e inclusión social", como lo calificó. Luego señaló que si sigue este nivel de
crecimiento económico "habremos completado el mayor período de crecimiento de la historia".
También hizo un llamado de atención a la banca privada y la
exhortó a que tenga líneas crediticias para la producción. También instó a los docentes a buscar
"nuevos instrumentos" de reclamo en lugar de la huelga, pero aclaró que en la última paritaria el
sector aceptó garantizar los 180 días de clase anuales. También se refirió al tema energético, pero
aclaró que se trata "de un problema regional y mundial", y afirmó que la solución pasa por la
integración del Mercosur y la incorporación al mismo de Venezuela.
La presidenta —interrumpida en más de treinta
ocasiones por aplausos— le pidió al Reino Unido que "deje llegar en avión a Malvinas" a los
familiares de los caídos.
Sobre la cuestión económica, propuso avanzar en "acuerdos
sectoriales" y puso de relieve la facultad del Estado para "investigar la cadena de valor de los
precios". "Podemos sostener precios internos y al mismo tiempo con fuerte saldos exportables",
afirmó al hablar de los acuerdos por sector.
Entre los desafíos del bicentenario habló de bajar "la
pobreza a un dígito" y llevar "al 5% la desocupación", lo que se considera una situación de pleno
empleo. Por último, reclamó acelerar los juicios por violaciones a los derechos humanos y a la
Corte a controlar a los tribunales inferiores, al tiempo que se refirió al tema de la inseguridad y
proclamó la aplicación de las leyes.
Concurrieron el gabinete a pleno, jefes militares, dirigentes sindicales
(Julio Piumatto, Hugo Yasky, Omar Viviani, Víctor Santamaría), Estela de Carlotto (Abuela de Plaza
de Mayo), el piquetero Luis D’ Elía. De su familia estuvieron su madre, Ofelia Wieldheim, y
su hermana Giselle. Se notó la ausencia de su marido, el ex presidente.