La rosca no se toma vacaciones. Después de un breve parate en la primera quincena de enero, los negociadores de Juntos por el Cambio (JxC) y el Frente Progresista ponen primera y aceleran el armado del nuevo frente de la oposición santafesina.
Por Mariano D'Arrigo
La rosca no se toma vacaciones. Después de un breve parate en la primera quincena de enero, los negociadores de Juntos por el Cambio (JxC) y el Frente Progresista ponen primera y aceleran el armado del nuevo frente de la oposición santafesina.
Antes de reunirse con sus nuevos socios, los dirigentes de JxC se verán las caras el martes 24 en Rosario. El objetivo del encuentro es poner a todos en la misma frecuencia. También desactivar algunos malestares.
La reunión que mantuvieron la última semana del año referentes del PRO, la UCR, la Coalición Cívica, el Partido Socialista, Creo y el Partido Demócrata Progresista en la sede radical de la capital provincial molestó a los líderes de otros partidos que no fueron invitados.
Después de bajar la temperatura del frente interno, los popes de JxC Santa Fe quieren juntarse con el socialismo y el intendente rosarino Pablo Javkin. Si es la semana que viene, mejor.
“Queremos reunirnos antes de que termine enero para consolidar la conformación de este frente más amplio en que venimos trabajando”, dijo a La Capital el presidente del comité provincial de la UCR, Felipe Michlig.
En el búnker socialista acuerdan con reunirse antes de fin de mes. Pero no quieren hablar todavía de una mesa del nuevo frente. “Queremos seguir avanzando, pero sin ponerle mayores títulos”, indicó un dirigente de la conducción partidaria.
Lo cierto es que las bilaterales entre el PRO y el PS acercaron posiciones y sacaron del medio el principal obstáculo político.
En las últimas semanas se reunieron los apoderados de los partidos, los responsables de montar la arquitectura legal electoral de la nueva coalición.
Además, los responsables de los equipos técnicos de las fuerzas empezaron a pulir diferencias, que no son pocas, sobre distintos temas. Los ejes son educación, salud, seguridad y Justicia, y políticas sociales y desarrollo humano.
En los distintos campamentos opositores señalan que la gran tarea para las próximas semanas es consensuar un mecanismo de funcionamiento. El debate sobre el nombre, otra cuestión importante y espinosa, quedó para más adelante.
Algunos imaginan una mesa larga, con uno o dos representantes de cada uno de los once partidos. Aparte del G6 que se reunió en la sede radical, UNO, Unir, Ucedé, Encuentro Republicano Federal y el GEN.
Otros se inclinan por una instancia más chica y más operativa. El problema de fondo es que abundan las facciones y las desconfianzas. Sobre todo, las que carga cada partido.
“Hay partidos fundadores de los frentes y cada uno tiene su representación, pero todos van a participar y van a ser escuchados”, aseguró Michlig.
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“La idea es ir elaborando posicionamientos conjuntos sobre distintos temas y también ir unificando posiciones en la Legislatura”, señaló Cristian Cunha, presidente del PRO Santa Fe.
En principio, en el PS, que cuenta con catorce bancas en la Cámara de Diputados de la provincia, están de acuerdo: “En febrero vamos a empezar a tener una coordinación más fina en la Legislatura. Esa va a ser la caja de resonancia de los acuerdos posibles del nuevo frente”.
En el radicalismo observan que la futura mesa de la coalición deberá procesar, o al menos amortiguar las diferencias. “Tenemos que buscar consensos, y si no es posible que al menos cada uno sepa la postura del otro. Si hubiéramos hecho este ejercicio antes de la discusión de los jueces comunitarios no hubiera habido tanto ruido”, deslizó Michlig.