La presidenta Cristina Fernández de Kirchner y la Corte Suprema de Justicia protagonizaron ayer un áspero cruce, en una escalada del conflicto que viene enfrentando al oficialismo con el Poder Judicial.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner y la Corte Suprema de Justicia protagonizaron ayer un áspero cruce, en una escalada del conflicto que viene enfrentando al oficialismo con el Poder Judicial.
La presidenta calificó de "poco feliz" un comunicado de la Corte conocido horas antes en el que pedía respeto por la independencia judicial y "mesura" y "equilibrio" en las declaraciones de "quienes tienen responsabilidades de gobierno".
"Hay cosas del comunicado que no me parecen acertadas en boca de nadie y mucho menos de quien tiene que garantizar la libertad en el ejercicio de la expresión", dijo la presidenta desde la Casa Rosada.
La discusión no registra antecedentes desde la restauración de la democracia.
"El comunicado de la Corte es poco feliz —siguió la presidenta—. Durante tanto tiempo hemos estado censurados y por pensar distinto pasaban cosas muy feas. La palabra mesura tiene mucho sonido a censura", agregó, y pidió que nadie se alarme: "Es como si me ofendiera porque a la mañana el doctor Fayt dijo que yo decía tonterías", completó.
La Corte Suprema había firmado el pronunciamiento horas antes. Aunque la mandataria no fue mencionada sino elípticamente estuvo dirigido fundamentalmente a su figura.
Firmado por seis de los siete jueces del máximo Tribunal —el único que no lo rubricó fue Enrique Petracchi—, la Corte exhortaba "a quienes tienen responsabilidad de gobierno a expresarse con mesura y equilibrio".
"Respetar la magistratura es la mejor manera de dar tranquilidad a los ciudadanos, de asegurar que sus derechos serán protegidos y (de mostrar) que estamos en un estado gobernado por leyes que se aplican a todos por igual", opinaba.
Tonterías.
El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, de inmediato calificó como "un despropósito" las expresiones de Fayt.
Las acusaciones de la presidenta son la última avanzada de una escalada del oficialismo contra la Justicia.
Los cuestionamientos se hicieron más severos desde los fallos que trabaron la conformación del Fondo del Bicentenario, luego derogado y reemplazado por el Fondo de Desendeudamiento.
Cristina había calificado como "jueza alquilada" a Claudia Rodríguez Vidal por haber suspendido la aplicación del decreto para pagar deuda pública con reserva, y en la apertura de sesiones del Congreso denunció que hay magistrados que cobran por excarcelar a delincuentes. También había reclamado que los jueces fallaran según los códigos y no "por la tapa de Clarín".
Otros fallos que desagradaron al gobierno son aquellos que ordenaron suspender la ley de medios, y los que autorizaron los aumentos en las cuotas de Multicanal y Cablevisión. Spots denunciando con nombre y apellido a los magistrados que convalidaron el incremento fueron colocados en las transmisiones de Fútbol para Todos por Canal 7.
"El límite de esas críticas es la razonabilidad y el respeto a la garantía de la independencia judicial que esta Corte está obligada a preservar como cabeza de un poder del Estado", reclamaron los jueces Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Carmen Argibay, Carlos Fayt, Juan Carlos Maqueda y Raúl Zaffaroni en el comunicado.
Constitucionales, con la ausencia de representantes del Frente para la Victoria, aprobó ayer una interpelación del ministro de Economía, Amado Boudou, por su participación en el lanzamiento de los decretos de necesidad y urgencia que crearon los fondos del Bicentenario y luego el Fondo de Desendeudamiento.
Por la mañana el ministro decano de la Corte, Carlos Fayt, había
calificado como "tonterías" a las acusaciones de Cristina Kirchner respecto de que hay "jueces
alquilados" y "delivery", y había reclamado "poner una cuota de inteligencia para dominar el
conflicto".
l Boudou