En su debut como secretario general del Partido Socialista (PS) en Santa Fe, Enrique Estévez advirtió, a la luz de la performance en las elecciones realizadas en 2015, que "hay una necesidad, y así lo pide la sociedad, de renovar" a esa fuerza. De hecho, el actual concejal rosarino tampoco visualizó en peligro la histórica coalición política que, en la provincia, comparten con los radicales, algunos de los cuales buscan ampliar la buena sintonía nacional con el PRO: "La garantía de los gobiernos progresistas es la continuidad del Frente".
Asimismo, Estévez respaldó la propuesta del gobernador Miguel Lifschitz de avanzar con una reforma de la Constitución provincial, instancia para la cual, según afirmó a La Capital, no hay "plazos ni urgencias".
—Hace una semana Lifschitz le abrió la puerta a la reforma constitucional. ¿Están dadas las condiciones para ese debate en Santa Fe?
—Es retomar algo que plantearon en su momento los ex gobernadores del FPCyS. Siempre fue nuestra propuesta el debatir en torno a la reforma constitucional, teniendo en cuenta que la provincial es una Carta Magna de 1962. En su momento fue de avanzada, pero hoy el pueblo de Santa Fe debe darse la posibilidad de modificarla. El mensaje más importante de Lifschitz, y que transmite mayor tranquilidad, es que no tenemos plazos ni urgencias. Sí existe la vocación de avanzar al respecto, y en eso estamos. Veremos cuáles serán los resultados que arrojen las conversaciones con los distintos partidos políticos de la provincia.
—El ex gobernador Antonio Bonfatti advirtió que no era conveniente encarar esa discusión en 2017?
—En realidad, debemos priorizar el diálogo y sustraerlo de cualquier pretensión política. No estamos discutiendo una reforma necesaria para un partido. Queremos debatir, fundamentalmente con la sociedad, una Constitución pensada de acá a 50 años. Hay grandes temas a discutir que están por fuera de la actual Carta Magna: la autonomía municipal, el voto joven, nuevos derechos vinculados al medio ambiente y al consumidor. Mientras podamos debatir esos tópicos de fondo sin mezclarlos con intereses particulares, el resultado será positivo.
—¿Las modificaciones deben incluir la reelección del mandatario provincial?
—Es uno de los temas clave y el gobernador, en algunas declaraciones, lo planteó. Siempre consideramos razonable que exista la posibilidad de una reelección, no indefinida como en otras provincias, del mandatario. Pero también creemos que hay que hacer todo lo posible para que ese debate no sea un escollo para la discusión del resto de los temas que debe incluir la reforma, que también son muy importantes.
—¿Cuáles son los desafíos del socialismo tras un año electoral alarmante?
—Hay una necesidad, porque así nos lo está pidiendo la sociedad, de renovarnos. Fundamentalmente en ideas y propuestas. Vivimos una realidad muy dinámica y Rosario y el resto de la provincia experimentan cambios y nuevos problemas a abordar. El socialismo siempre fue un partido de diálogo, pero hoy tenemos que centrarnos en la escucha y posibilitar ámbitos, en conjunto con la ciudadanía, para encontrar esas respuestas. Otro desafío es fortalecer nuestra herramienta, que es el FPCyS, una experiencia única en el país que lleva muchos años y que es un faro que permite guiar a los partidos progresistas. Santa Fe tiene un frente electoral, pero fundamentalmente de gobierno, que tiene más de dos décadas de vida y que ha enfatizado en las coincidencias. Pero también hay que abrir nuestro partido y generar instancias de mayor diálogo.
—El desgaste en la gestión se vislumbra detrás de los últimos comicios.
—Después de muchos años de gobierno, si hablamos de Rosario, es lógico que haya un desgaste producto de que hicimos muchos cambios positivos en la ciudad, que creció. Hoy no podemos analizar a Rosario con la misma mirada del principio ni verla disociada de un área metropolitana con problemas a abordar. Pero, fundamentalmente, debemos escuchar los reclamos de los ciudadanos y, en función de esa participación en el debate, encontrar nuevas soluciones.
—¿Urge el debate interno con aquellos socios radicales afines al PRO?
—Soy parte de una generación que creció militando en el Frente Progresista y la realidad es que a los partidos que lo integramos, como distintas expresiones que participan, nos unen cuestiones ideológicas y valores que van más allá de una coyuntura. Atravesamos distintos escenarios políticos nacionales en los que teníamos diversas miradas, pero eso nunca nos impidió seguir trabajando en una propuesta para los santafesinos. Ahora bien, los integrantes del FPCyS tenemos muy en claro que la garantía de los gobiernos progresistas es la continuidad y fortalecimiento de este sector. Ese es el debate a encarar de ahora en adelante: fortalecer la coalición y abrirla a otras expresiones. Eso nos permitirá renovarnos en propuestas y mantener un diálogo diferente con la gente. No le temo al 2017, los lazos que tenemos son bastante fuertes y ya hemos surcado momentos difíciles.
—Pero apenas Mauricio Macri se impuso en las urnas hubo radicales que pidieron sumar al FPCyS a Cambiemos?
—Sí, pero también tenemos una tradición en el respeto a la identidad de cada uno de los partidos que integramos el FPCyS. No me corresponde hacer una valoración de lo que plantean algunos dirigentes. Sí creo que es necesario el debate interno sobre cómo fortalecemos nuestra herramienta política.
—Entonces, ¿desestima un escenario de ruptura?
—Sí, ya atravesamos escenarios políticos nacionales con distintas miradas y el Frente Progresista siempre siguió su camino. Es más: ni siquiera es un tema que esté generando ahora un debate interno. Estamos atentos a una nueva gestión en la provincia, conmovida por la catástrofe hídrica y en un contexto económico nacional difícil.
—¿El socialismo pagó caro haber ido a una presidencial sin candidato propio?
—No, como partido frentista entendemos que las soluciones vienen de un colectivo que haga pie en un programa de coincidencias progresistas y trabajamos incansablemente en pos de ese objetivo. En 2011 tuvimos un buen resultado, en 2015 generamos una alternativa con una candidata muy buena como Margarita Stolbizer (GEN) pero el debate se polarizó en kirchnerismo?antikirchnerismo o macrismo-antimacrismo y, lamentablemente, no nos dimos la posibilidad como sociedad de establecer una discusión en la que todas las ideas se plasmaran en un ámbito electoral. La mayoría entendió que debía elegir entre esas dos opciones, y respetamos lo que la gente decida.
—Frente a ese escenario, ¿no se diluye la construcción de un espacio de centroizquierda nacional?
EM_DASHPara nada. Creemos que, frente a la desigualdad que existe en la Argentina, en el marco de una sociedad de consumo que cada vez deja más ciudadanos afuera, una propuesta progresista que piense en la economía con la gente adentro y en el desarrollo social es posible para salir de la situación en la que estamos.
—¿Cómo evalúa al gobierno de Macri?
—Tenemos una posición opositora respecto del gobierno de Cambiemos, del mismo modo en que lo fuimos con el kirchnerismo. Hablamos de una oposición responsable y con propuestas alternativas. Una actitud coherente que plasmamos en proyectos que son la puerta al debate y a las soluciones que consideramos correctas. Vemos con preocupación la situación económica, determinadas medidas tomadas quizás sin tener en cuenta a los sectores más vulnerables del país.