Kirchner pidió "memoria para no volver al 2001"

Néstor Kirchner venía rondando por el conurbarno bonaerense, semana tras semana, acto tras acto. Pero ayer, no sin suspenso hasta los minutos previos, entró a la Capital Federal y coronó un fuerte acto de la transversalidad el emblema de la ciudad, el Luna Park. Casi toda la militancia no PJ, integrante del Frente para la Victoria, se lució ayer en un estadio lleno —unas 8 mil personas—, y al calor de las banderas y los bombos que ponen clima a los movimientos sociales filo peronistas de izquierda, como el Partido Intransigente y el Partido Comunista, que luego de un sinuoso recorrido político en las últimas décadas, volvió de lleno a la escena del espacio "nacional y popular".

La sorpresa la dio Agustín Rossi con un discurso conceptual y visceral, en defensa del modelo de Néstor y de Cristina. El Chivo escala como referente nacional del kirchnerismo. "La cantidad de legisladores que se logren el 28 de junio, al cabo, no es lo sustancial, lo sustancial será sostener el rumbo de la una política, no bajar ninguna bandera, no tomar ninguna medida que perjudique a los excluidos, a los marginados, a los pobres ni a los trabajadores de la Argentina", tronó el Chivo.

El diputado Edgardo De Petri, titular del Frente Transversal, disparó la artillería más pesada. Ametralló "a las patronales del campo que no quieren discutir distribución de la riqueza en la Argentina y se niegan a pagar las retenciones del 35 %. Están acostumbrados a tener gobiernos serviles a sus intereses, por eso quieren voltear al gobierno Cristina Kirchner".

En el cierre, Kirchner apeló "a la memoria de los argentinos. Sin memoria podemos caer en el vacío y volver al 2001. Necesitamos ir casa por casa y llevar nuestro mensaje de amor y paz", pidió el ex presidente.   

El titular del PJ también le dedicó una frase a los medios y a los encuestadores "que nos atacan porque saben que estamos ganando. Ya van a tener que mostrar las encuestas verdaderas", desafió "a los sectores que están al servicio de la restauración conservadora".

Las cartas empiezan a quedar sobre la mesa para la crucial elección del 28 de junio. El kirchnerismo, luego de la derrota política que le infringió el bloque opositor y sus propias deserciones bajo el calor de las patronales agrarias, en 2008, quedó con un poder bajo sospecha. De cara a las elecciones, tratará de no desperdiciar nada de lo que se le ofrece en el campo de las alianzas, a diestra y siniestra. l