—¿Cómo analiza la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque?
—Más allá de los nombres propios, demuestra la fragmentación y las contradicciones que atraviesa hace un tiempo la alianza de gobierno, y cómo la vicepresidenta de la Nación le pone todo el tiempo palos en la rueda a quien ella eligió en su momento para ser presidente de todos los argentinos. Esto marca también la debilidad del presidente, y nosotros tenemos que ser muy responsables: no podemos jugar con los principios republicanos y el sostenimiento institucional de la Argentina.
—¿Esta situación erosiona la gobernabilidad?
—Por supuesto, de la misma forma que la marcha contra la Corte Suprema. Son actos que viene perpetrando la actual vicepresidenta para cumplir su único objetivo, que es la impunidad. La embestida por la reforma judicial, la carta de la vicepresidenta después de las elecciones, la renuncia de Máximo y toda una serie de hechos preocupan porque debilitan la institucionalidad e imposibilitan que la Argentina reconstruya algo que perdió hace dos años: confianza de quienes quieren construir empleo, pero también de los países democráticos.
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—¿Qué valoración hace de las declaraciones del presidente Alberto Fernández en Rusia?
—Por supuesto que la Argentina tiene que tener relaciones serias y responsables con todos los países, pero vemos una política exterior totalmente errática. Este gobierno respalda dictaduras como las de Venezuela, Nicaragua o Cuba, o emprende relaciones con China o Rusia sin comprender lo que está pasando en el mundo. Están surgiendo posiciones cada vez más radicalizadas de izquierda y derecha que ponen en jaque el mejor sistema que tenemos, que es la democracia.
—Lo traigo de vuelta al Congreso, ¿tienen alguna expectativa de que con Germán Martínez pueda haber mayor diálogo entre oficialismo y oposición?
—El diálogo tiene que darse sin mentiras, sin trampas y reconociendo al otro. A su vez, tiene que darse en el marco de una agenda donde nos pongamos a discutir los problemas más urgentes que atraviesa la sociedad: la inflación, la educación, la seguridad. El ámbito por excelencia es el Congreso, porque estamos representados todos los sectores políticos y todas las provincias. Pero atención, si el diálogo es para consagrar el pacto de impunidad que busca la vicepresidenta no hay diálogo posible.
"La renuncia de Máximo Kirchner demuestra la fragmentación y las contradicciones que atraviesa hace un tiempo la alianza de gobierno y la debilidad del presidente" "La renuncia de Máximo Kirchner demuestra la fragmentación y las contradicciones que atraviesa hace un tiempo la alianza de gobierno y la debilidad del presidente"
—¿La tensión interna del Frente de Todos sobre el acuerdo con el FMI puede modificar la posición de Juntos por el Cambio?
—La posición de la Coalición Cívica, en parte ratificada el miércoles por la mesa de Juntos por el Cambio, es que debemos tener una postura de responsabilidad histórica, de sensatez, y por eso vemos auspicioso para la Argentina que se logre un acuerdo con el FMI. En este sentido le reclamamos responsabilidad al oficialismo, porque un default sería perjudicial para todo el país.
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—Juntos por el Cambio ganó las elecciones del año pasado pero después se enfrascó en muchos tironeos internos, ¿Por qué se expresa tanto desorden?
—No sé si es desorden, son las tensiones lógicas de una coalición que pudo sostenerse en el tiempo. Nadie daba dos mangos por nosotros después de 2019 y pudimos sostener la unidad en Diputados y el Senado y de los partidos fundacionales. Y somos competitivos: en la última elección general sacamos el 43 por ciento de los votos y casi 10 por ciento de diferencia con el Frente de Todos. Tenemos que vivir esta situación como una crisis, como oportunidad, entendiendo que no tenemos que adelantar ningún tipo de candidatura para 2023.
—¿Cuáles son las tareas de la oposición en 2022?
—El 2022 es para consolidar la estrategia parlamentaria, pero también para pensar el programa y la narrativa que le vamos a ofrecer a los argentinos el año que viene. Tenemos que entender que hay que llevar adelante un plan de crecimiento y reformas estructurales para favorecer la inversión, las exportaciones y los sectores productivos.
—Está claro qué cuestionarán al gobierno, pero, ¿cuáles serán las autocríticas del período 2015-2019?
—La experiencia 2015-2019 ya tuvo su autocrítica, hemos aprendido y tenemos que ofrecer algo mejor a los argentinos. El gobierno de Mauricio Macri tuvo cosas positivas: fue un un gobierno no PJ que pudo terminar su mandato constitucional y entregarle el mandato a otro presidente elegido por la mayoría de los argentinos, que buscó con muy buenas intenciones discutir cuestiones estructurales de la Argentina, y que no se alió en ningún momento a dictaduras. Tenemos claro que debemos ofrecer algo distinto, reivindicando muchas cosas de ese gobierno, pero ofreciendo una narrativa distinta. Tenemos que construir una mayoría que nos permita gobernar. Juntos por el Cambio tiene que entender que no podemos construir en el escenario de cuanto peor mejor, nuestra estrategia tiene que ser en el centro para contener a todos y construir una mayoría que supere el 43 por ciento.
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—¿Milei y Espert son un límite?
—Te respondo con lo que ellos opinan de nosotros. Igual, más allá de la simpatía que puedan tener algunos nombres propios de Juntos por el Cambio, las incorporaciones a la coalición se resuelven de manera unánime por las fuerzas que la integramos. Eso hay que entenderlo para no tensionar un espacio que requiere el cuidado de todos. La unidad -y esto lo vengo repitiendo como un loro- no tiene que ser confundida con unanimidad o uniformidad, pero tenemos que poder administrar las diferencias. Otro punto de la hoja de ruta para 2022 es el armado de la mesa nacional de Juntos por el Cambio.
—Seguramente estará en contacto permanente con Elisa Carrió, ¿Qué lectura le transmite del momento político del país y de Juntos por el Cambio?
—Con Lilita tenemos una conversación no cotidiana pero está en contacto permanente conmigo y con gran parte de la conducción del partido. Quizás no está en el día a día del trabajo parlamentario, pero sigue todos los acontecimientos y sigue siendo una voz significativa para la Coalición Cívica, Juntos por el Cambio y la política argentina. Si en 2015 Lilita y este partido no tomaban la decisión que tomaron no había posibilidad de que se armara una alianza competitiva. Le pedimos a nuestros socios el respeto, la consideración y el reconocimiento que se merecen el liderazgo de Elisa Carrió y la Coalición Cívica, que ha cumplido en diciembre veinte años en la vida política argentina.
—¿Se sienten a veces ninguneados por sus socios?
—A veces pretenden ningunearnos pero va a ser imposible.
Le pedimos a nuestros socios el respeto, la consideración y el reconocimiento que se merecen el liderazgo de Elisa Carrió y la Coalición Cívica Le pedimos a nuestros socios el respeto, la consideración y el reconocimiento que se merecen el liderazgo de Elisa Carrió y la Coalición Cívica
—¿Cómo ve el escenario político santafesino?
—En Santa Fe Juntos por el Cambio tiene un desafío político importantísimo: primero conformar la mesa provincial de Juntos por el Cambio, y a partir de ahí construir una alternativa para la provincia y las principales ciudades de Santa Fe. Venimos trabajando mancomunadamente con Lucila Lehmann, la presidenta del partido en la provincia, y con nuestro legislador Sebastián Juleriac, al fin se hizo justicia después de la trastada que nos hicieron propios y ajenos.
—¿Están de acuerdo con armar un gran frente opositor con el Frente Progresista y Pablo Javkin?
—La Coalición Cívica siempre tuvo vocación de ampliación, pero esa ampliación debe tener claro con quién y para qué. En lo que no estamos de acuerdo, y esto no es una cuestión particular de Santa Fe, es con amontonar por amontonar con tal de llegar al poder. Puede haber relaciones bilaterales, que pueden ser válidas o no, pero para que eso tenga sentido primero tenemos que ordenar las cuestiones en casa. Quedó demostrado que los santafesinos ven en Juntos por el Cambio una opción para representarlos a nivel nacional pero también puede ser una opción en la provincia.