Rubén Giustiniani, líder de Igualdad, va por su tercer mandato consecutivo en la Cámara de Diputados de la provincia. En su vasta trayectoria política, con varias campañas electorales en el haber, afirma que esta es muy distintas a todas las que le tocó participar. Habla de una crisis de representación que agota a la sociedad, sumado a los problemas económicos y sociales que la impactan. “La verdadera grieta es entre la sociedad y la dirigencia política”, postula.
En una entrevista con La Capital, el legislador, que supo presidir el Partido Socialista (PS) y que se alejó hace tiempo de esa fuerza, llamó a la santafesinos a votar a los candidatos de Igualdad para incrementar sus bancas en la Legislatura provincial y lograr sumar también escaños en el Concejo Municipal de Rosario, que lleva en la punta de la lista a Bruno Carlovich, hijo del popular Trinche, y a Cristina Alemany, una trabajadora social con inserción en los barrios de la ciudad.
—¿Qué sensaciones le va dejando esta campaña electoral?
—Es distinta a las demás. Esta campaña expresa una crisis económica, una crisis social y una crisis política. Tenemos un porcentaje insoportable de inflación. Una crisis social con 40 por ciento de pobreza, porque los distintos gobiernos que se sucedieron no pudieron o no supieron mejorar las condiciones de vida de la gente. Esta crisis política expresa una crisis de credibilidad y de legitimidad de la sociedad hacia la dirigencia política. Hay una sensación de que a los políticos le va bien y a la gente le va mal. Por lo tanto, planteamos en esta campaña tan especial, desde Igualdad, abrir las listas a dirigente, personas e independientes que tienen trabajo social en clubes, en vecinales y, en cooperadoras escolares. Han dado el paso adelante y se sumaron a participar en la política.
En Rosario, la inseguridad es un problema que ha escalado estructuralmente y ningún gobierno le pudo poner el cascabel al gato” En Rosario, la inseguridad es un problema que ha escalado estructuralmente y ningún gobierno le pudo poner el cascabel al gato”
—¿Qué dirigentes se sumaron a las listas?
—Bruno, hijo del Trinche Carlovich, quien encabeza nuestra lista de concejales. Como segunda va Cristina. Bruno nos llamó un día y nos dijo quería transformar el drama que le pasó con su padre y dar un paso a la política. Es no docente en la Facultad de Odontología, labura de panadero y quiere participar para llevar las soluciones. Y Cristina es una trabajadora social de muchos años en los barrios de Rosario. Para nosotros, esto es clave y no es buscar figuras mediáticas sino a quienes están realmente insertos en la sociedad y tienen mucho para aportar. La política debe abrir sus puertas y ventanas, porque para nosotros la verdadera grieta es entre la sociedad y la dirigencia política, no entre el partido A y el partido B.
—Ustedes no llevan candidato a intendente ni a gobernador. ¿Van a apoyar a algunos en particular?
—No, vamos a esperar a que se definan las primarias Y después, por supuesto, analizaremos colectivamente en Igualdad con quiénes programáticamente coincidimos más en nuestras propuestas para esta campaña electoral en la provincia y en Rosario.
—En la Legislatura santafesina Igualdad trabajó junto al bloque de Carlos Del Frade. ¿Por qué no van juntos en estas elecciones?
—Hemos tenido una estrategia electoral distinta, tanto en la anterior como en esta. Pero tenemos muy buenas relaciones porque hemos compartido un trabajo en la Legislatura, donde vimos que las mayorías parlamentarias han obturado la posibilidad de sancionar normas necesarias para la población, como la ley de educación, a ley de Educación Sexual Integral (ESI), la ley de acceso a la información, la ley de defensa del consumidor, la reforma de la Constitución. En Santa Fe, todas y cada una de estas cosas no han sido posibles porque las mayorías políticas no quisieron y deben hacerse cargo. En Santa Fe hubo demasiada rosca y poca concreción en la resolución de estos problemas concretos para la gente.
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Foto: Silvina Salinas / La Capital.
—La campaña en Rosario está dominada por el tema de la seguridad. ¿Eso también lo observa en otras ciudades y pueblos de la provincia?
—Aparece como tema importante tanto en Reconquista, Rafaela o Venado Tuerto. Por supuesto, con características muy diferente a lo que es el problema en Rosario y en Santa Fe, donde talla la violencia, el narcotráfico y los asesinatos casi diarios. Pero todo lo que es robo cotidiano, de un celular a quien va a trabajar, a los chicos que van a la escuela o de viviendas. Eso sí, se da una particularidad común, que es la inexistencia de una respuesta de las fuerzas de seguridad, que muestran una ineficacia en toda la provincia. Por eso, en este tema, nuestra primera propuesta en una reforma policial profunda para tener una fuerza mejor paga y equipada. Que el gobierno de Omar Perotti haya tenido cuatro ministros y once jefes de policía en la regional Rosario habla del fracaso del Ejecutivo provincial en materia de seguridad.
—La permanencia en el tiempo de un ministro tampoco garantiza nada. Miguel Lifschitz tuvo uno solo en toda su gestión...
—No, evidentemente que todas las gestiones de los últimos años han tenido deficiencias serias, porque el narcotráfico y la violencia urbana se han multiplicando por tres o por cuatro en Rosario respecto de otras ciudades de la Argentina. Es un problema que ha escalado estructuralmente en Rosario y ningún gobierno le pudo poner cascabel al gato. Estamos frente a una realidad donde la policía fue siempre más parte del problema. También hay que destacar que no hubo una respuesta de la Nación en relación a las fuerzas federales como Gendarmería, Prefectura y Policía Federal de asistencia en la medida que Rosario no necesita. Tampoco hay mucha respuesta de la Justicia federal. Además de la carencia de recursos que tiene el Ministerio Público Fiscal. Desde el Estado hay una insuficiencia de respuesta frente a la magnitud de este problema.
—Usted hace ocho años que es diputado provincial, ¿por qué quiere un tercer mandato?
—Para resolver las cuestiones que planteé antes. Todavía no hemos podido aprobar, a pesar de haber logrado medias sanciones, de la ley provincial de educación y la ley de acceso a la información. O reformar la Constitución para terminar con esta vergüenza de que los legisladores de Santa Fe seamos los únicos privilegiados en el país que tenemos fueros y no tenemos obligación de responder ante la Justicia, como cualquier ciudadano. Santa Fe es la única provincia que tiene el privilegio de que las sesiones empiecen el 1º de mayo, es decir, seis meses nada más de sesiones ordinarias. Por esas razones creemos necesario que Igualdad no solamente continúe en la Legislatura sino que incremente su participación con más bancas. Porque sin la participación de nuestro espacio político, estos debates no hubieran llegado a la Legislatura de Santa Fe. Fuimos los que aportamos el debate por la educación y los que terminamos con la discriminación a los jóvenes de entre 16 y 17 años, que podían votar al presidente de la Nación pero no a un concejal o un intendente, donde tiene más cercanía. Igualdad puso en debate el cannabis medicinal y hoy la provincia lo fabrica.