Confiado en un triunfo por 4 puntos por encima de su rival peronista Carlos
Reutemann (según le dicen "todas las encuestas", asegura), el senador socialista Rubén Giustiniani
comenzó ayer a cerrar la campaña electoral por su reelección con una caravana en la capital
provincial.
Con suficiente euforia para vaticinar que el domingo ganará los comicios pero
con la cabeza aún fría para eludir la tentación que le sirven en bandeja los periodistas ansiosos
de títulos contundentes, Giustiniani se refugia en la retórica de la eventualidad.
"¿Ya ganó?", se le preguntó. "No, eso lo dirán los santafesinos el domingo.
Después de recorrer 22 mil kilómetros (dando vuelta a la provincia), y desarrollar propuestas
agropecuaria, de salud, vivienda e infancia, somos optimistas en que se consolide esta tendencia
que nos está augurando un triunfo por 4 puntos", dice Giustiniani en la acera del Centro Cívico
capitalino —detrás de la Casa Gris y frente al Parque del Sur— mientras simpatizantes
socialistas, radicales, aristas y demoprogresistas, ornamentan con globos, afiches y banderas una
cantidad de autos que luego llenara unas diez cuadras.
Sonrisas. El sol dulcifica el frío de la siesta invernal e insufla coraje al
candidato, a su segunda, la radical Silvia Migno, y al también radical primer candidato a diputado
nacional del Frente Progresista, Jorge Alvarez y la socialista Alicia Ciciliani, a subir en la caja
de una camioneta y con estoicismo arrancar allí parados a puro saludo y sonrisa perenne.
Según los organizadores, "más de 3.000 militantes y vecinos participaron y
saludaron a la caravana" que tres horas más tarde, habiendo recorrido una decena de barrios y
dejado atrás la luz del día llegó pasadas las 18, al céntrico parque Alberdi donde se hizo el acto
con la presencia estelar de Hermes Binner.
Sin que se reportaran incidentes, la marcha tuvo los altibajos propios de las
caravanas. Saludos nutridos en algunos barrios e indiferencia en otros. Los oficialistas se
cuidaron de los vaticinios contundentes y definitivos tanto como alentaron un final abierto.
La mayor concesión triunfalista se la permitió el candidato a senador: "La
sociedad entendió nuestro mensaje de que este domingo tendrá en sus manos la posibilidad de
terminar con las mayorías disciplinadas del kirchnerismo en el Parlamento nacional".
Aunque el principal acierto de la estrategia del oficialismo fue obligar al
rival peronista, Carlos Reutemann, a salir hablar a toda hora y en todos los medios, poniéndolo a
la defensiva y exponiéndolo de un modo que no le gusta, ayer el anuncio del "final abierto", según
los más prudentes; o "el empate técnico" del que hablaron los más discretos y hasta "la tendencia a
ganar" que también admitiera el gobernador Binner, fueron paladeados con la satisfacción de haber
obligado al adversario a abandonar las suyas para aceptar las reglas impuestas.
"Creemos que la campaña debe ser de debate, aunque lamentablemente no lo hubo, a
pesar de que plateamos que era necesario un debate y rendir cuentas de lo hecho. En mi caso,
manteniendo siempre una clara oposición al gobierno nacional y no cambiando la camiseta a la mitad
del camino", azuzó Giustiniani a Reutemann.
El senador socialista, quien hoy presidirá un acto en Reconquista y mañana otra
caravana en Rosario, aseguró "que en las últimas 6 semanas, de cada 4 indecisos que definen su
voto, 3 lo hacen para el Frente Progresista y solo 1 para Reutemann, nos da la pauta que la
diferencia sería indescontable el domingo. Por lo tanto, somos optimistas".
El candidato a senador por el Frente Progresista cerró la campaña en Santa Fe
con una caravana
Se quejó de la falta de debate y reiteró sus dudas sobre el rol opositor de
Reutemann
Jorge Sansó de la Madrid
La Capital