Sin medir demasiado las palabras, Aníbal Fernández arremete. Tiene conocimiento, estilo, humor, audacia y —tal vez lo más valioso para la Casa Rosada—, en las buenas y en las malas mantiene la calma, no se enoja.
Sin medir demasiado las palabras, Aníbal Fernández arremete. Tiene conocimiento, estilo, humor, audacia y —tal vez lo más valioso para la Casa Rosada—, en las buenas y en las malas mantiene la calma, no se enoja.
Aníbal Fernández, jefe de Gabinete de ministros, desde el vértice superior de la estructura de gobierno, debajo de la presidenta, carga con la ardua tarea de hablar todos los días con los medios. El último viernes, en un contacto con La Capital en un vacío Salón Blanco de la Casa Rosada —allí donde se realizan las juras de los presidentes—, Fernández opinó sobre las elecciones distritales que abren el año electoral: Santa Fe y ciudad autónoma de Buenos Aires (19 y 26 de abril respectivamente).
“La herramienta de la Paso (distintas listas de un mismo partido) nació para ser utilizada. Desde mi punto de vista, lo más sensato es presentar varias alternativas en las primarias; eso le da volumen a la política. Yo hubiese promocionado la presencia de otra fórmula para que compitiera en el Frente Justicialista para la Victoria en Santa Fe (además de Perotti-Ramos)”, sorprendió el abogado, contador y también precandidato a presidente de la Nación.
Cuando La Capital le recuerda que la fórmula Perotti-Ramos se consensuó y tuvo el apoyo explícito de la Casa Rosada, Aníbal responde: “Usted me pregunta mi criterio, yo deseo que gane esa fórmula, lo digo de corazón. Pero hubiera promovido más de una lista. Aunque en lo personal en alguna oportunidad fui beneficiado por una lista de unidad, yo prefiero siempre que haya competencia en las Paso”.
Luego Aníbal explicó que no ve relación entre las elecciones de Santa Fe y Capital Federal con las nacionales de agosto y octubre. “Las elecciones de la ciudad de Buenos Aires y de Santa Fe, de abril, no deben leerse como un anticipo de la elección nacional. Son «pagos chicos», y no en el sentido de que la Capital y Santa Fe sean distritos menores. Refiero a que cada provincia se define a sí misma con su estrategia”.
Para el jefe de gabinete de Cristina, “las provincias no representan el todo, la elección nacional luego va a reflejar otra cosa distinta”.
Cuando se lo interroga sobre si existe preocupación en la Casa Rosada por la alta expectativa electoral que tendría la candidatura del cómico Miguel Del Sel en representación del PRO, Fernández sólo usa dos palabras para responder: “Es cómico”.
Aníbal también habló del caso Nisman, de la negativa de la Cámara a tomar la denuncia y de una posible apelación del fiscal Moldes, que se produciría en estas horas. “La denuncia de (Alberto) Nisman es una porquería inexplicable; estoy convencido de que el fiscal (que entendía de derecho) no la pudo haber escrito”, fustigó.
Luego continuó el jefe de Gabinete: “En los votos de la Cámara, en el caso del voto en disidencia del doctor (Eduardo) Farah, que señala que una mínima verosimilitud basta para iniciar una investigación, yo digo que para el caso de un fiscal que tiene 40 personas trabajando para él, a los servicios de inteligencia, y con 34 millones de pesos de presupuesto por año, es imperdonable una burrada de esa naturaleza. No se entiende por qué Farah se expresa de esa manera”.
Continuando con el caso que puso en vilo a la propia presidenta en enero pasado, Fernández analizó: “(Jorge) Ballestero se pregunta ¿por qué voy a tener que investigar lo que Nisman no quiso investigar? Nisman nunca tuvo esta denuncia entre sus manos, ni siquiera la pensó. Basta con ver los documentos que se hallaron en la caja de seguridad: el mismo Nisman dice ahí que el objetivo del Memorándum de Entendimiento era sensato, la posibilidad de abrir la puerta a la declaración indagatoria de los cinco iraníes”, abundó el jefe de Gabinete.