La Cámara de Senadores definirá hoy la suerte final del proyecto de retenciones
móviles que promueve el gobierno de Cristina Kirchner, en medio de un clima de creciente
incertidumbre y expectativa debido a que el oficialismo y la oposición aseguran contar con los
votos suficientes para triunfar en la disputa.
A pocas horas del inicio de las deliberaciones persistían
las dudas sobre la cantidad de senadores que contaba el bloque oficial, aunque el jefe de la
bancada, Miguel Pichetto, sostuvo que bajarán al recinto con 38 votos favorables, uno más de lo que
necesitan para lograr la mayoría absoluta.
Un prolijo conteo de las adhesiones mostró que el
oficialismo y la oposición igualaban en 34 apoyos, luego de que la legisladora de La Rioja Ada Maza
anunciara que abandonaba el lote de los indefinidos para pronunciarse a favor del proyecto
gubernamental.
Maza visitó el lunes la Casa Rosada, donde se reunió con
funcionarios aunque desmintió haber hablado con la presidenta Cristina Fernández.
Su comprovinciana, la también justicialista Teresita
Quintela —quien también estuvo en la Casa de Gobierno junto a su hermano Ricardo Quintela,
intendente de La Rioja— se negó a anunciar cuál será su voto, luego que anteayer había
considerado al proyecto oficialista de "inconstitucional" y "confiscatorio", aunque el portal
digital Nueva Rioja ayer la daba apoyando el proyecto del gobierno.
La suerte de la iniciativa dependerá de la definición que
adoptarán los cuatro legisladores que aún no anticiparon su posición: el catamarqueño Ramón Saadi,
la formoseña Ana Bortolozzi, el radical K santiagueño Emilio Rached y el arista fueguino José
Martínez, quien dijo que hará pública su posición —que hoy oscila entre el no y la
abstención— a la misma hora en que comience la sesión en la Cámara alta.
Fuentes justicialistas descontaban que los tres primeros,
integrantes del PJ y aliado al gobierno en las últimas elecciones, terminarán inclinándose por el
proyecto oficial.
La sesión fue convocada para las 10 de la mañana y se
espera que el debate se prolongue durante todo el día. Los presidentes de bloque dispusieron que la
reunión se realice bajo estrictas medidas de seguridad, que incluirán la prohibición del ingreso de
barras.
Los jefes de bancada tendrán 20 minutos cada uno para
expresarse y se armará una lista de oradores que, una vez que se cierre, permitirá fijar de
antemano un horario para la votación.
El senador radical Juan Carlos Marino indicó que en Labor
Parlamentaria se expresó "la idea de terminar (la sesión) a una hora prudente", que sería alrededor
de las 22 o 23, para que la votación pueda ser seguida por la gente.
Las medidas de seguridad extraordinaria se notaron en la Cámara desde ayer
con la inusual presencia de personal policial uniformado en el interior del Senado y las
restricciones para el desplazamiento de la prensa. l