Por Javier Felcaro
El pronunciamiento también reflejará un reclamo a la Casa Rosada de mayor protagonismo al momento de tomar decisiones e indicios de la estrategia radical para las cruciales elecciones generales de 2019. Junto a los cada vez más intensos cortocircuitos en la relación entre Macri y Elisa Carrió (CC-ARI), la declaración de la UCR permitirá testear el grado de adherencia de las piezas que conforman la alianza oficialista.
"Nuestro planteo pasará por un radicalismo en el centro de la escena. Un llamado a proseguir la relación con Cambiemos que incluya mayor apertura política para, de ese modo, ampliar la base de la coalición. Hay que apostar a un modelo de debate interno distinto al que se viene dando", adelantó a La Capital el titular del radicalismo santafesino, Julián Galdeano, respecto de la cumbre.
El encuentro, que encabezará el jefe del comité nacional partidario y actual gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, venía sufriendo postergaciones por el agitadísimo comienzo de septiembre en Olivos, cuando se definieron los cambios en el gabinete de Macri (sin desembarco radical), en paralelo a la escalada del dólar. Luego llegaría la medida sobre el retroactivo del gas, no consultada con la UCR.
"El ruido existe y, hasta ahora, hay catarsis por lo bajo. No surgieron diferencias en torno a la conducción partidaria, tampoco acerca de la herramienta de la coalición, pero estudiaremos propuestas que garanticen la gobernabilidad y tendrán que ser escuchadas" en Balcarce 50, deslizó en voz muy baja otro referente radical.
Lilita, en la mira
También admitió que "seguramente habrá puteadas" a Carrió, quien acaba de presentar el pedido de destitución del ministro de Justicia nacional, Germán Garavano.
"Estamos cansados y no tenemos por qué mantener esos berrinches en la agenda. Generar tensión hacia adentro de Cambiemos, junto a las internas propias del gobierno, es un cóctel peligroso cuando es necesario recrear la confianza pública", concluyó.