De la misma forma que a comienzos de año, cuando la corriente radical NEO propuso un frente de frentes que aglutine a todo el no peronismo, los impulsores de la idea se quedaron rápidamente sin socios: al rechazo del socialismo se suma ahora el del PRO.
“Juntos por el Cambio está consolidado, no tenemos problema de ampliar el espacio, pero siempre entendiendo que es la verdadera oposición al kirchnerismo, que es el enemigo de la república”, dijo a La Capital el diputado nacional Federico Angelini, el hombre fuerte del partido en Santa Fe.
En la misma línea, para el vicepresidente del Concejo rosarino, Roy López Molina, la idea del frente de frentes “ya no existe más”.
En su opinión, la iniciativa de sumar a Juntos por el Cambio y el Frente Progresista bajo un mismo paraguas electoral “tenía problemas estratégicos y de identidad política”.
“Acá lo que hay es la intención de un grupo de radicales con pocos votos pero mucha voracidad para permanecer en los cargos”, disparó el ex candidato a intendente.
El domingo pasado, justo una semana después de la muerte el antecesor de Omar Perotti en la gobernación, el presidente del bloque radical en el Senado y armador político del NEO, Felipe Michlig, envió un comunicado de prensa en el que señala que “la desaparición física de Lifschitz (el único gran elector que le quedaba a la provincia) cierra un ciclo político que impone nuevos desafíos a la oposición al peronismo” y en el que convoca a las distintas expresiones opositoras “a un acuerdo programático que derive en una necesaria concertación electoral”.
Pero tal como sucedió en el verano —cuando los propios Mauricio Macri y Lifschitz se despegaron de la idea— la primera plana del PS y el PRO rechazan la propuesta.
En el macrismo están ofendidos con lo que entienden como una “agresividad sin sentido” de parte del socialismo a las propuestas de confluencia que le hicieron el año pasado. “Se ve que les queda cómodo ser funcionales al kirchnerismo”, deslizó Angelini.
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Escenario polarizado
Clausurada la posibilidad del frente de frentes, emerge el interrogante de qué harán los radicales que habían apostado a la gran alianza opositora pero que habían regresado al Frente Progresista, entusiasmados con la potencia electoral de Lifschitz. En este grupo se encuentra, por ejemplo, el jefe del bloque radical en Diputados, Maximiliano Pullaro, que puja por la vicepresidencia primera de la Cámara baja como parte de un reposicionamiento del radicalismo en el escenario político provincial.
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¿El PRO dejaría aterrizar a este grupo de dirigentes de la UCR santafesina si pide pista en Juntos por el Cambio?
Angelini, vicepresidente del PRO a nivel nacional, remarcó que el acuerdo con el radicalismo se remonta a 2015 y consideró que las Paso son la mejor opción si no hay acuerdo por las candidaturas.
“No puedo cerrarle la puerta a nadie, menos con el mecanismo de las Paso, que hemos reivindicado, pero no veo cuál puede ser el aporte de quienes tuvieron récord de homicidios en su gestión en Seguridad y de los radicales amigos de Traferri —cuestionó López Molina—. Nunca formaron parte de Juntos por el Cambio ni defendieron la gestión de Cambiemos; de hecho, desde la vereda de enfrente pusieron palos en la rueda”.
https://twitter.com/RoyLopezMolina/status/1394076189116059650
Lo cierto es que sin Lifschitz el escenario electoral cambia.
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“Va a ser un escenario polarizado”, proyectó Angelini. Y agregó: “Va a ser el kirchnerismo contra aquellos que creemos que la solución de nuestro país es amigarse con el mundo, tener reglas de juego claras, defender a los que laburan todos los días”.
López Molina reconoció que Lifschitz “era una personalidad con peso específico propio”, sobre todo para las elecciones de gobernador. “En esta elección se vota a favor del gobierno nacional o del principal espacio opositor pensando en 2023”, analizó.