Por orden directa de Omar Perotti, el PJ santafesino se sumó a un espacio de apoyo a Alberto Fernández, que nuclea a representantes de los gobernadores y referentes de la cultura que adhieren al peronismo.
Por Mariano D'Arrigo
Olivera dijo que hay que ayudar a Fernández en un escenario complejo.
Por orden directa de Omar Perotti, el PJ santafesino se sumó a un espacio de apoyo a Alberto Fernández, que nuclea a representantes de los gobernadores y referentes de la cultura que adhieren al peronismo.
Esta semana, unos 30 dirigentes peronistas del interior e intelectuales y artistas se reunieron de manera virtual para compartir miradas sobre la delicada situación que atraviesa el país y también expresar su apoyo al presidente.
El titular del PJ provincial, Ricardo Olivera, participó del encuentro por pedido expreso del gobernador. “Ellos llamaron a Omar y él me llamó a mí, porque le interesaba que participe el partido”, señaló a La Capital el también diputado provincial, quien calificó al encuentro como “muy piola”.
“Estuvimos charlando casi dos horas y media, cada uno contó su realidad —señaló Olivera—.Además, estamos defendiendo la idea de los acuerdos sociales, consolidar el mercado interno, ayudar a Alberto en la defensa del modelo”.
El principal organizador de la reunión fue el secretario de Articulación Federal del ministerio de Seguridad, Gabriel Fuks,.También se conectaron, entre otros, el secretario de Relaciones Parlamentarias, Fernando “Chino” Navarro, dirigentes vinculados a los gobernadores Juan Manzur y Gustavo Bordet, y los dirigentes sociales Emilio Pérsico y Juan Carlos Alderete.
Además, estuvieron presentes la periodista María Seoane, el artista Daniel Santoro, el antropólogo Pablo Semán y el periodista Martín Rodríguez.
Desde afuera, la movida pareció un paso hacia la construcción del albertismo, una corriente en la que pueda apoyarse en un momento en que el país parece tocar el pico de contagios, la economía no da signos de recuperación rápida y las reacciones al proyecto de reforma judicial parecen anticipar el tono de los conflictos que vienen.
Más, cuando al interior de su coalición las diferencias de peso específico entre los socios son evidentes. Mientras el kirchnerismo se mantiene cohesionado detrás del liderazgo de Cristina Fernández de Kirchner y sostiene sus lugares clave y Sergio Massa se muestra activo en el Congreso, sostiene sus vínculos con el poder económico pero no descuida los guiños hacia su electorado, otros actores del Frente de Todos que parecían tener asignado un rol más protagónico en la escena nacional —gobernadores, intendentes y sindicalistas— están replegados en sus territorios, tratando de que el Covid-19 y la recesión no incendien su pago chico.
Con todo, y a pesar de la pequeña tormenta política que generó Cristina con su tuit sobre la relación entre el gobierno y la crema del empresariado local, el primer mandatario insiste en un estilo de liderazgo de su alianza que el politólogo Pablo Touzon define “desde afuera, o desde arriba”.
En este sentido, Olivera remarcó que el nuevo grupo —donde reivindicaron a Agustín Rossi, quien hace un par de semanas salió a pedirle a militantes y simpatizantes del Frente de Todos que banquen al presidente— no es el germen del albertismo. “La idea es sumar, no pelearse con nadie”, dijo el dirigente peronista santafesino. Pero advirtió: “Las diferencias existen en todos los espacios, lo importante es mantener el objetivo. En la charla dije que para ayudarlo a Alberto tenemos que pensar en lo que viene, que es 50 por ciento de pobres y 20 y pico por ciento de desocupados”.