Nicolás Massot, sin quererlo, fue el protagonista político de la semana. Sin pensar siquiera que estaba en vivo, en un programa de América, el presidente del bloque PRO en la Cámara baja dijo que el peronismo "reciclado" sucederá a Cambiemos en algún momento de la historia, pero que el actual gobierno tendrá continuidad a lo largo de varios años.
Massot, en una entrevista exclusiva con La Capital, no se preocupa demasiado por la gaffe: "Usted me conoce, no suelo hacer diferencias entre off y el on. Lo único que lamento es que pronuncié una mala palabra", dice el legislador, quien, además traza un interesante panorama sobre la marcha del país.
"De veras lo creo, y puede ocurrir en 20 años, en más o en menos. No es importante cuándo ocurra, sino que el día que ocurra podamos ver que el gobierno que lo suceda pueda continuar las bases que Cambiemos está proponiendo ahora. Hay cuestiones que nosotros podemos empezar a resolver, pero puede haber un peronismo —el único partido de oposición mayoritario que hay hoy en Argentina, con divisiones y diferencias— que sea partícipe de esas bases. Un país no se construye en tres mandatos, sí se puede marcar un punto de inflexión histórico", revela el diputado cordobés.
En ese marco, agrega que el peronismo está participando en el Congreso. "Las diferentes expresiones del peronismo han acompañado al gobierno, en un gesto de gobernabilidad. El día que tengan que gobernar capaz que continúan con las políticas de Cambiemos, y al fin el país tendrá un proyecto", mensura Massot.
—¿Cómo evalúa estos meses del gobierno?
—Hay medidas que tomamos que no son populares, pero que son utilizadas por la oposición para confundir. Con los hechos se van revirtiendo cosas que se dijeron en diciembre. A partir de marzo los jubilados vieron aumentadas sus jubilaciones y, en enero, a días del debate, hubo más de un millón de jubilados que recibió el aumento de 7,5 por ciento producto de la movilidad. La realidad revertirá la caída en imagen que puede haber sido producida por la confusión.
—Algunos radicales y Elisa Carrió hablan de problemas de comunicación en el gobierno
—Es posible que nos haya faltado pedagogía y explicaciones más llanas de discusiones que fueron más técnicas. Lo que estamos haciendo es saneando el sistema previsional, no solamente para pagar jubilaciones actuales, sino para garantizar jubilaciones futuras. Es posible que nos haya faltado más convicción y pedagogía.
—¿Coincide con Macri en que lo peor ya pasó?
—Macri ratificó el rumbo y el sentido de las decisiones. La baja de la inflación es innegable, la disminución del déficit fiscal es innegable y el aumento del empleo también. El presidente recoge esa inquietud, y es un gran avance que ya no se discuta si vamos a crecer. Se discute si vamos a crecer al 4 ó al 5 por ciento. No se discute si la inflación va a bajar, se debate cuánto va a bajar. Nadie discute si el empleo va a crecer. Hemos logrado pasar de una discusión cualitativa a una cuantitativa para saber cuán rápido obtenemos los resultados.
—Esta movilización transversal que se produjo por el 8N, que incluye a militantes del PRO, es una muestra del liberalismo político que quiere a llevar adelante el gobierno. Es decir: Macri y usted se oponen a la despenalización del aborto, pero fomentan la movilización.
—El PRO es muy heterogéneo en su base ideológica. La amalgama no fue por una plataforma programática, no fue por ideas políticas para confrontar con el gobierno populista de los Kirchner. Lo que nos unió fue un conjunto de valores. Nos unió la honestidad, el profesionalismo, la capacidad. Y sobre todo, una forma de mirar la administración pública, más cercana a la solución de los problemas que de grandes plataformas ideológicas mundiales o regionales. Tiene que ver con la genética del PRO.
—¿Cuál será su posición a la hora de tener que votar la despenalización del aborto?
—Estoy en contra del proyecto de despenalización. En la Argentina tenemos muchos embarazos no deseados, y lo que hay que determinar es cómo hacemos para que el Estado esté presente. La diferencia está en la solución propuesta: no tengo ninguna duda —y no apelo a mis convicciones religiosas porque no las necesito en este momento— de que estamos ante una vida humana desde el momento de la concepción, con derechos constitucionales. Desde el momento en que encontramos una secuencia de ADN, única y diferente a la de la madre y del padre, que marca el comienzo de la vida. Eso nos impone un muro, un límite. Quiero un debate serio, abierto, maduro en toda la sociedad. Lo extraño es que se haya tratado este tema como un tabú durante tanto tiempo. Hay que alzar la voz por los derechos de las personas en vida y por nacer, que tienen derechos desde la concepción.
—Cuando habló sobre la reconciliación, le salieron al cruce desde numerosos sectores. ¿Considera que es un tema que permanece subterráneo y que tendría que ser debatido?
—No creo que sea un tema oculto. Mi planteo es complementario, aditivo a los valores innegables de Memoria, Verdad y Justicia. Incluso, este gobierno los ha ratificado. En algún momento, cuando hayamos avanzado en la búsqueda de la verdad y la justicia, hay que considerar la posibilidad de que no sea un tema que se perpetúe en la realidad política de generaciones que, ni siquiera, hemos vivido esa época. Me niego a que el odio y el revanchismo sea generacional, eso no se hereda. Los pos democráticos tenemos que pensar que una vez conseguida la Justicia debemos darnos la oportunidad como ciudadanos de reconciliarnos con un proyecto común hacia adelante, que es lo que define a un país. Fue una apelación constructiva, pero hay individuos y organizaciones a las que políticamente —por no decir económicamente— les conviene la exaltación del odio. No es mi caso.
—¿El PRO Santa Fe tendrá un candidato a gobernador para competir con Corral?
—El PRO santafesino está absolutamente maduro y preparado para ostentar la representatividad mayor de Cambiemos. Tiene muchísimos argumentos para llevar el candidato a gobernador de la provincia, para lo cual es lógico y esperable que haya un ejercicio de democracia interna. Santa Fe tiene una ley de primarias que, lamentablemente, en Córdoba no tenemos.