Las butacas de terciopelo rojo del Teatro Argentino de La Plata recibieron
anoche caricias con calor peronista. La marcha retumbó espontánea y un centenar de militantes de La
Cámpora gritaron viejas y nuevas consignas de inspiración setentista. Néstor Kirchner disfrutó del
tributo con un silencio hondo, y prolongado, y se emocionó. Y luego dio un discurso analítico y
detallado, casi íntimo, donde trató de evitar formas crispadas. Kirchner habló largo, durante 56
minutos, como nunca antes.
"No queremos provocar miedo", aclaró, a propósito del discutido eje discursivo
de "nosotros o el 2001", con el que hace pocas semanas tensó el clima político de cara a las
legislativas del próximo 28 de junio.
"Tenemos argumentos, queremos discutir ideas, estamos convencidos y no
necesitamos descalificar", advirtió el ex presidente, ahora proclamado como primer candidato a
diputado nacional por el Frente Justicialista para la Victoria en la provincia de Buenos Aires.
El candidato empezó agradeciendo a sus hijos Máximo (presente en el teatro y
sentado junto a su madre) y Florencia "que soportaron muchos agravios" y enseguida fue durísimo con
Hugo Biolcatti, el presidente de la Sociedad Rural (sin mencionarlo), por sus declaraciones contra
la candidata Nacha Guevara por su emparentamiento con Evita, "que ya está muerta", había dicho un
Biolcatti algo desafortunado.
Luego embistió contra "aquéllos que impulsan la máquina de impedir" pero que
"tendrían que tener un gesto de memoria cuando esquilmaron las provincias, las universidades y
empobrecieron al país y le descontaron a los jubilados". Aludió así a los dirigentes aliancistas
que gobernaron entre 1999 y 2001.
También destinó un cuestionamiento para Julio Cobos al señalar que, a diferencia
de Cristina Fernández con su vicepresidente, él tuvo "un vicepresidente que me acompañó", en
alusión a Scioli, que secunda a Kirchner en la lista.
Descontracturado. El lanzamiento de la fórmula kirchnerista repitió el escenario
de las últimas dos elecciones, 2005 y 2007: el Teatro Argentino de La Plata; pero esta vez todo fue
más descontracturado. La presencia de Nacha Guevara como tercera en la lista le otorgó un toque
exótico, inesperado, al universo K. "Prometo seguir siendo inconformista, creativa, rebelde",
disparó la artista mirando hacia la platea donde se ubicó Cristina Fernández de Kirchner, quien no
paró de aplaudirla y de enviarle besos.
A su vez, Daniel Scioli tuvo a su cargo el primer discurso de la noche y, con
los dientes apretados, bajó las consignas principales de la campaña oficialista: "No venimos a
meter miedo, venimos a crear conciencia", dijo sobre un fondo donde se iluminaba "Nosotros
hacemos", el eslogan de campaña.
Además de los oradores, a la mesa principal del escenario accedieron el jefe de
Gabinete de ministros, Sergio Massa ( 4º en la lista); Alberto Balestrini, presidente del PJ
provincial, y Héctor Recalde, el abogado laboralista quinto en la nómina y hombre ligado a la CGT
que conduce Hugo Moyano. En un segundo plano, se ubicó el resto de los 35 candidatos con que se
completa la boleta de diputados nacionales en la enorme provincia de Buenos Aires.
Recién en el párrafo final de su discurso Néstor Kirchner elevó la voz y calentó
a la platea cuando negó que —como lo acicatea la oposición— su proyecto sea "quedarse
en el poder", y anunció: "Queremos ser el puente de plata para las nuevas generaciones". ¿Un aviso
para el 2011?