El gobierno renovó ayer su enfrentamiento con la Iglesia al calificar la
posición de la Conferencia Episcopal sobre el conflicto con el agro como "irrespetuosa", mientras
que las autoridades eclesiásticas volvieron a pedir "un diálogo sincero y objetivo" con los
sectores campesinos.
La réplica del oficialismo estuvo a cargo del ministro de
Justicia, Aníbal Fernández, quien cuestionó con dureza el documento católico en el que se pidió "un
gesto de grandeza" a la presidenta Cristina Fernández, mientras que desde la Iglesia respondieron
obispos y arzobispos.
El oficialismo y las máximas jerarquías de la Iglesia
Católica volvieron así a exponer sus profundas diferencias, esta vez en torno al conflicto con el
agro, aunque las disidencias se vienen manifestando desde los primeros tiempos de la Presidencia de
Néstor Kirchner.
Réplica. "Que le pidan un gesto de grandeza me suena casi hasta irrespetuoso,
porque quienes lo están pidiendo debieran estar asociados a esta idea", replicó Fernández en
alusión a la Iglesia.
El funcionario, sin nombrar al destinatario, se quejó de la
posición de la Iglesia porque ahora —dijo— "aparecen gestos de quienes se quieren
erigir como mediadores de la cuestión". En diferentes declaraciones periodísticas, insistió en que
"lo que no está bien es que cualquiera quiera erigirse como mediador". Luego, en alusión al
documento emitido por la Iglesia, se preguntó: "¿A quién le está pidiendo un gesto de grandeza?"
"¿Qué gesto de grandeza quiere pedirle más al gobierno que tratar de redistribuir la riqueza? ¿O no
es un principio de fe cristiana eso?".
Las expresiones desde el gobierno fueron replicadas por
varios prelados, entre ellos, el obispo de San Isidro y presidente de Pastoral Social, Jorge
Casaretto, quien pidió que el gobierno y los productores rurales "depongan sus ideas, ver en qué se
puede renunciar, para encontrar puntos en común".
Diálogo. En el marco de la Semana Social organizada por la Pastoral en Mar del
Plata, Casaretto aseguró que la discusión entre el campo y el gobierno "es para la unión, para el
encuentro, para el diálogo constructivo, por eso invitamos a las partes a deponer sus ideas" (ver
aparte).
Por su parte, el arzobispo de La Plata, Héctor Aguer,
reclamó "menos protesta, más reflexión y más oración", apeló al "diálogo" para solucionar el
conflicto con el campo y dijo que para resolverlo deben intervenir el Congreso y el Poder
Judicial.
Aguer expresó que las diferencias entre estos dos sectores
"lleva demasiado tiempo y tiene en vilo a la sociedad argentina" y aseguró que se está "ante una
situación difícil en la que conviene que haya menos protesta, un poco más de reflexión y un poco
más de oración".
El arzobispo recordó que en un régimen republicano "el
gobierno no es cosa exclusiva del Poder Ejecutivo. Nos estamos olvidado de que la efectiva
independencia de los poderes Legislativo y Judicial es un punto clave de la plena vigencia del
Estado de derecho".
El prelado enfatizó que "no todo impuesto es justo y no
toda huelga es justa", y abogó por un diálogo "sincero y objetivo", en tanto advirtió que "en toda
negociación, las partes tienen que estar dispuestas a ceder algo en función de la paz social".