El gobierno salió ayer a minimizar la protesta impulsada por las centrales sindicales opositoras, por considerar que no ha "sido un paro general y mucho menos nacional" y lo calificó de "político" y un "fracaso absoluto".
El gobierno salió ayer a minimizar la protesta impulsada por las centrales sindicales opositoras, por considerar que no ha "sido un paro general y mucho menos nacional" y lo calificó de "político" y un "fracaso absoluto".
El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, mostró cifras de concurrencia al trabajo y aseguró que "de ninguna manera se puede decir que lo ocurrido hoy (por ayer) haya sido un paro general y mucho menos nacional".
En tanto, sus colegas de Defensa y de Interior y Transporte, los precandidatos presidenciales Agustín Rossi y Florencio Randazzo, respectivamente, estimaron que la movida fue "política" y un "fracaso absoluto".
La presidenta Cristina Fernández, que por la tarde estuvo en la Casa de Gobierno, no hizo ningún comentario al respecto pero, a través de las redes sociales, denunció un "atentado" contra las nuevas formaciones del ferrocarril Sarmiento al mostrar en su cuenta de Twitter fotos de residuos en el interior de los vagones.
"¿Esto lo vieron? Atentado contra los vagones 0km del Sarmiento... Sí, los vagones nuevos que inauguramos este mes. Sí, los que costaron U$$ 1.270.000 cada uno. ¿Quién hace esto, los trabajadores? Sin palabras", escribió la presidenta.
Por la mañana, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, había resaltado que el "75 por ciento de los trabajadores no adhirió" al paro y explicó que la cifra surgía de los sindicatos que no apoyaron la medida de fuerza.
Pero fue Tomada el encargado hacer un balance de la jornada al asegurar, en rueda de prensa, que pese a la convocatoria de "un conjunto de dirigentes sindicales que se han expresado", la "gran mayoría ha ido a trabajar en todo el país".
Apeló entonces a las cifras del presentismo proporcionada por las delegaciones provinciales de su cartera, donde el pico más alto de concurrencia fue en la zona del NEA (85 por ciento) y el más bajo osciló entre 55 y 60 por ciento en el conurbano bonaerense.
"De ninguna manera entonces, con estos datos y lo que se vio en la calle se puede decir que lo que ocurrió haya sido un paro general y mucho menos nacional", enfatizó el funcionario.
En el camino de quitar trascendencia a la protesta, se preguntó si "¿es un paro general o nacional cuando los metalúrgicos trabajan, si los textiles trabajan, igual que los estatales, la construcción, si la mayoría de los comercios están abiertos?"
Por su parte, Rossi, titular de Defensa y aspirante presidencial por el kirchnerismo, afirmó que el paro es "un fracaso absoluto" porque la medida de fuerza "representa a un porcentaje mínimo de trabajadores; sólo a un 25 por ciento de los gremios en relación al universo total de trabajadores".
Randazzo, en tanto, afirmó que el paro del sindicalismo opositor es "político" y que los dirigentes que lo realizan "están muy lejos de las demandas de la sociedad", al tiempo que denunció a dos delegados del dirigente ferroviario Rubén Pollo Sobrero por impedir trabajar a empleados de limpieza de los ferrocarriles.
Durante la conferencia de prensa que brindó en Casa de Gobierno, Randazzo mencionó a los dirigentes gremiales Edgardo Reinoso, Mónica Slotauer, Diego Kapelinsky, Luis Peralta y Rubén Maldonado como los responsables de los daños producidos en los flamantes coches del Sarmiento.
"Este es un paro político, llevado adelante por dirigentes sindicales opositores que están muy lejos de lo que demanda el conjunto de los argentinos, que es defender el empleo, con lo que ha significado la pérdida del empleo en la Argentina", cuestionó el funcionario.