Por Rodolfo Montes
Nadie quiere que el estrecho desfiladero de la negociación por la deuda termine en el desbarranque del default. El oficialismo trajina la partida de póquer con el FMI y los bonistas, y Juntos por el Cambio (JxC) escapa a que le achaquen una eventual responsabilidad política por un final indeseado. Por eso la ley de sostenibilidad de la deuda externa fue votada por unanimidad y Martín Guzmán consiguió que lo escuche todo el recinto el último miércoles en Diputados. El ministro de Economía agradeció una y otra vez al apoyo opositor que no boicoteó la sesión informativa. Hubo un acuerdo de paz forzada, con escasas intervenciones, palabras contenidas; un acuerdo político que apagó las pasiones, sosegó los cruces, debates y chicanas.
Desde perspectivas antagónicas, el Frente de Todos (FdT) y JxC se encontraron en un punto: mostrarle "al mundo", y también a la sociedad argentina, un nivel de acuerdo mínimo para aumentar las chances de cerrar con el FMI y los bonistas y seguir respirando.
Mientras tanto, en el FdT, se escucha una música coral, donde no todos los actores se expresan en el mismo tono. No por previsible esa conducta política pierde su novedad: el kirchnerismo —2003 a 2015— mantuvo un discurso único, hermético. Ahora, los matices y diferencias forman parte del devenir del frente gobernante. La trama opositora mediática y política, por su parte, ve ahí una fisura para soñar con romper la unidad. "(Martín) Guzmán no es (Axel) Kicillof y Cristina cada vez que habla complica la negociación, desanima a los acreedores", comentó a este cronista una figura encumbrada del principal partido opositor.
Voces santafesinas
Desde el Senado de la Nación, la santafesina María de los Angeles Sacnun, que proclamó el "Nunca Más" a la deuda en su última intervención en el recinto, aseguró a LaCapital que "en toda negociación hay que plantear las cosas como son y luego se busca el acuerdo, si el FMI incumplió su propio estatuto, prestando 44 mil millones de dólares a un gobierno que permitió la fuga de al menos la mitad de esa plata, ahora no nos puede plantear que el estatuto no permite una quita al capital de la deuda".
La referencia va en línea con el planteo de Cristina Kirchner, desde La Habana hace ocho días, en ocasión de presentar su libro "Sinceramente". El apoyo posterior explícito de Alberto Fernández a las palabras de CFK, al menos en ese plano, desvanece el sueño opositor de provocar desavenencias en la fórmula presidencial.
Para Federico Angelini, diputado nacional de JxC de Santa Fe, la diferencia principal con el planteo de Guzmán —que llevó al Congreso— radica en el anuncio de "no reducir el déficit fiscal (al menos en 2020), continuar con la emisión monetaria y aumentar los impuestos a la actividad privada". Siempre en exclusiva para LaCapital, Angelini fue crítico con la sesión informativa que impulsó la Cámara de Diputados: "Pensamos que Guzmán buscaba la foto de apoyo del Congreso, pero al no haber debate fue prácticamente como una conferencia de prensa, pero sin periodistas", disparó. Aunque luego concedió que hubo acuerdo político para que su bloque se siente en las bancas y dé el apoyo que el gobierno buscó.
Celebración
Mientras tanto, desde el Ejecutivo nacional celebraron la presencia de Guzmán en el Congreso. Ven en el joven ministro solvencia técnica, comprensión política del proyecto del presidente y también una cuota de experiencia. Con la obvia limitación de su edad, 37 años. "De la oposición y los medios nos piden un hombre joven, solvente y con mucha experiencia, y todo junto no se puede", explicó a este diario un alto funcionario que acompaña a Alberto Fernández.
El mismo dirigente transmitió el clima del gobierno, moderadamente optimista, en el sentido de la responsabilidad compartida del FMI con la crisis de deuda de la Argentina. "Ellos saben, igual que la Argentina, que un default no le conviene a ninguna de las dos partes". Respecto del contexto marco del programa económico que pretende Alberto F, en la Rosada sostienen que los negociadores del FMI entienden con claridad que el plan argentino no es generar déficit fiscal creciente y que las cuentas no cierren nunca. "Hay que mirar los hechos, más que las palabras. Las acciones concretas apuntan a cuidar la macroeconomía, se suspendieron las contrataciones en el Estado (con algunas excepciones) por seis meses y tuvimos que dar el aumento de jubilaciones que se anunció", concluyó la fuente gubernamental.
El aumento de las jubilaciones anunciado el último viernes, si bien desmiente el argumento de reducción en los haberes que trajinó la oposición desde que el gobierno suspendió la movilidad jubilatoria, de todos modos implica una mejora casi marginal —respecto de la fórmula de actualización antes vigente— para cerca del 80 por ciento de los jubilados que padecen los ingresos mínimos.
Luego, para el 20 por ciento que obtiene ingresos superiores a los mínimos, los aumentos serán menores —aunque no congelados— a los que hubiesen obtenido con la fórmula que instauró el gobierno de Macri, en 2017. Se "aplasta" la pirámide, lo que buscó el gobierno, al menos en la crítica transición.
Mientras tanto, la tensa espera hasta que el juego de póquer por la deuda termine continuará hasta fines de marzo. El final es abierto y todo indica que nadie querrá quedar asociado a un fracaso.